Desde Cenizas y diamantes de Andrzej Wajda hasta Guerra fría de Paweł Pawlikowski, pasando por El decálogo de Krzysztof Kieślowski, el cine polaco está lleno de obras maestras que cuestionan la desesperanza en tiempos de guerra, el aislamiento y las dificultades del estado comunista, así como la decadencia moral del ser humano moderno. A esta extensa lista podemos incluir, desde ahora, la fascinante e imprescindible EO, nominada al Oscar 2023 en la categoría de Mejor película internacional.
La más reciente película de Jerzy Skolimowski, que ya puedes disfrutar en las salas de Cinépolis y Cinemex, es una pieza cinematográfica emocionante, reflexiva e imaginativa. Estamos frente a una epopeya extraña e inquietante sobre un burro que, cuando es separado de su amable y cariñosa entrenadora, comienza un largo viaje a través de la Europa moderna que lo lleva desde bosques y pueblos hasta villas y zonas industriales abandonadas para descubrir lo peor de la condición humana.
En entrevista para IndieWire, el veterano realizador polaco (que como actor interpretó al traficante de armas que secuestró a Black Widow en The Avengers de Joss Whedon) compartió que seleccionó seis burros para el papel de EO y eligió la raza sarda, que se caracteriza por su tonalidad gris claro con una distintiva franja negra para asegurarse de que no hubiera ninguna diferencia visible entre ellos.
"Esta es la raza de burro más hermosa", dijo Skolimowski, quien comenzó su trayectoria escribiendo el guión de Cuchillo en el agua de Roman Polanski. "Son tan similares que apuesto a que ningún público podría diferenciar uno del otro. Siempre tienen la misma expresión con esos ojos enormes y melancólicos".
Al principio, Skolimowski eligió el mismo patrón cinematográfico para cada escena: comenzaba con una toma general antes de pasar gradualmente a los primeros planos de la cara del burro, seguidos de una toma desde el punto de vista. "Fue la magia del cine", señaló. "En ciertos detalles a través de los ojos del burro, el enfoque cambió. Se le agregó algún valor adicional".
Mientras su equipo configuraba varios ángulos de cámara o tomaba descansos, Skolimowski pasaba tiempo susurrando al oído del burro, lo que reemplazó el proceso habitual de entrenar a un actor entre escenas. "Logramos crear una especie de vínculo que llamé 'coexistencia'", expresó Skolimowski, quien creció con gatos y perros en casa, pero sin animales de granja.