HBO Max no deja de sorprendernos: The Last of Us se erigió como la producción más exitosa en la plataforma, House of The Dragon acaba de dar a conocer el estreno de su temporada dos y, ahora, El teléfono negro se coloca dentro del top 5 de los contenidos más vistos en el hogar de otras super producciones como The Batman, Los Minions 2, Dune, Elvis y más. Justo una duda que ha surgido en los espectadores del filme es qué carajos significa el final. Acá te decimos.
Como pudieron ver en la película basada en el cuento del mismo nombre cortesía de Joe Hill, el hijo de Stephen King, Finney (Mason Thames) aprovechó ser víctima de abuso psicológico para lograr escapar del raptor (Ethan Hawke) y su infernal dualidad que, durante años, atormentó a los niños de su pueblo por mera necesidad de curar sus propios demonios internos por medio del dolor ajeno.
¿Qué significa todo ese encuentro? Algo que externar de forma abierta en una sociedad abrumada por la inmediata cancelación de lo políticamente incorrecto nos convierte en víctimas: la violencia siempre es necesaria. Mason aprovechó el lado más primitivo del hombre para sobrevivir a un horror que, en su tiempo, era una pesadilla social y cotidiana. Una analogía casi similar a la empleada por John Carpenter con Michael Myers en Halloween.
El resto de las víctimas cayeron presas de la inocencia y la incapacidad de responder a un fenómeno transgresor como lo es el enmascarado oculto detrás de esa tapa diseñada por el maestro Tom Savini, un eterno colaborador de George A. Romero. Sus almas, atrapadas en el sótano donde perecieron, entendieron su error así que apoyan a Finney a no cometer el mismo para poder salir con vida. Si su vida depende de un golpe, ni modo, debe acertar el primero y no hacer caso a los prejuicios colectivos.
Derrickson, con ayuda de origen, tuvo la habilidad de canalizar y justificar de forma adecuada toda actividad violenta gracias al contexto donde se desarrolla la nueva película del director de Doctor Strange, el siglo 20, tiempo donde los abuelos educaron a nuestros padres con vara dura. Los varones no tenían permitido llorar o eran poco hombres, las mujeres también eran víctimas del cuero por faltar a sus "obligaciones" asignadas de acuerdo a su género. Y lo vieron en la cruda escena entre el padre y Gwen (Madeleine McGraw).
Sólo se trata del el final explicado de El teléfono negro, una cinta extraordinaria que, de ser un poco más explícita, caería en una cancelación por promover la violencia como el medio para resolver situaciones, tal y como Brendan Fraser y Darren Aronofsky están sufriendo al contar la historia de Charlie, un profesor con obesidad mórbida que clama redención en su agonía, en The Whale.