Aunque el director sueco Ruben Östlund tenía la esperanza de que su más reciente película, El triángulo de la tristeza, acompañara a la sudamericana Argentina 1985, la alemana Sin novedad en el frente, la polaca EO y la irlandesa The Quiet Girl en la próxima entrega del Oscar en la categoría de Película internacional, tendrá que conformarse con asistir a la ceremonia con tres nominaciones, incluyendo Mejor película, Mejor dirección y Mejor guion original.
La película, que obtuvo la Palma de Oro en el Festival de Cannes 2022, se centra en un grupo de personas adineradas, incluida la pareja conformada por el modelo Carl (Harris Dickinson) y la modelo e influencer Yaya (Charlbi Dean), en un viaje a bordo de un yate de lujo en el que, aparentemente, nada podría salir mal. Una de las escenas más comentadas y controvertidas involucra una sinfonía de vómitos. Para el director de fotografía Fredrik Wenzel y la diseñadora de producción Josefin Åsberg, la planificación de una escena tan compleja comenzó dos años antes del rodaje.
Imperative Entertainment
El segundo acto de El triángulo de la tristeza tiene lugar a bordo de un yate de lujo y culmina con la cena del Capitán (interpretado por Woody Harrelson). Inoportunamente con una tormenta furiosa que sacude violentamente el barco, la cena hace que casi todos a bordo sucumban al mareo, es decir, los vómitos son lanzados casi como proyectiles. Comienza lentamente, pero la escena cada vez más caótica se extiende por 15 minutos y termina en un torbellino de vómito, diarrea y aguas negras.
Los actores estaban equipados con pequeñas boquillas para poner en sus bocas, que estaban unidas a tubos manipulados por el equipo de efectos que podían bombear líquido cuando fuera necesario. Esto significaba que los actores no tenían control sobre cuándo vomitarían. "Simplemente se rocía, no puedes contenerlo”, explica el productor Erik Hemmendorff, quien ya había trabajado con Östlund en The Square: La farsa del arte.
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El vómito que estaban arrojando estaba hecho de un brebaje de "sopa de frutas" que no sabía tan mal. "Hicieron una mezcla de diferentes sopas de frutas y las hicieron un poco diferentes dependiendo del personaje", dice la diseñadora de producción Josefin Asberg. "Algunos tenían un poco de vómito rosado de vino tinto, otros tenían pedazos de pulpo. Hicimos pruebas de textura y color tanto de los vómitos como de la mierda que salía de los inodoros".
La idea era capturar la repulsión tanto como fuera posible en la cámara, y no depender de los efectos visuales en la postproducción. Tomó alrededor de quince días completar la secuencia, filmada en un set en los estudios de cine Trollhattan, a unos 70 km al norte de Gotemburgo, donde se había construido el interior del crucero.
