Debbie (Reese Witherspoon) y Peter (Ashton Kutcher) intercambian casas durante una semana sólo para descubrir cuán enamorados están el uno del otro, una premisa bastante sencilla para el nuevo éxito de Netflix, Tu casa o la mía, de la escritora de El diablo viste a la moda, Aline Brosh Mackenna. Para hacer esta comedia, basada en una experiencia de la cineasta, les pidió a ambos una tarea bastante sencilla.
Les envió una lista de libros para poder entablar una química sin igual. Tarea fácil para actores acostumbrados a leer cientos de libretos al año, sin embargo, la estrella de Legalmente rubia se le puso algo "rebelde". Durante una conferencia de prensa para presentar el proyecto donde también participan Jesse Williams, Tig Notaro y Steve Zahn, ambos actores narraron su peculiar pasaje.
Por supuesto, el esposo de Mila Kunis fue bastante aplicado. Si recuerdan, en el rom-com, Debbie descubre la vocación como escritor de Peter al leer un libro cuya autoría le pertenece. Entonces, Ashton se lo tomó muy enserio. Se leyó las 10 recomendaciones y, en un ejercicio de consciencia, la directora se sorprendió porque pensó que él iba a ser el alumnito no aplicado de la clase. Pero se equivocó.
'Tu casa o la mía': 10 fotos prueban que Ashton Kutcher y Mila Kunis son couple goals"Aline me mandó 25 libros y no leí ninguno", dijo entre risas durante la conferencia en la que estuvimos presentes, "le llame y le dije, 'oye, tengo tres hijos, dirijo una compañía y tengo un trabajo de tiempo completo. No voy a leer esos libros. Pero de van a ver muy lindos acomodados en el set'", le dijo sin mayor temor. Ella, como lo dijo Aislinn Derbez durante su entrevista con la pareja protagónica, es la fundadora de la productora Hello Sunshine (Legalmente rubia).
La broma se fue a extremos que "incomodaron" a Kutcher, porque la también escritora de 27 bodas dijo que no pretendía que los actores leyeran esos libros, pues básicamente eran pura utilería. Tu casa o la mía está realizada luego de que Grace Mckenna viajara a Nueva York para trabajar en una cinta y su amigo, Ted Griffin, guionista de Ocean Eleven, le prestara su apartamento para quedarse. El resto, bueno, ya es idea de la propia directora y meramente imaginado para propósitos dramáticos.