Desde El sexto sentido hasta Fragmentado, pasando por Señales y Los huéspedes, hay un sello distintivo en el cine de M. Night Shyamalan: un giro argumental inesperado. Y su nueva película, Llaman a la puerta (que ya puedes disfrutar en las salas de Cinemex y Cinépolis), no es la excepción.
En su más reciente relato de horror apocalíptico, hay un giro, pero no es uno tradicional de Shyamalan; no pienses que Bruce Willis está muerto en El sexto sentido, o que el pueblo es un ejercicio LARP expansivo en La aldea, o que la playa que te hace viejo en realidad es un experimento corporativo y médico para examinar a los turistas en Viejos.
La novedad es que Shyamalan adapta La cabaña del fin del mundo, novela escrita por Paul Tremblay. Si bien la premisa sigue siendo la misma: dos padres y su hija están aterrorizados por cuatro invasores radicales que afirman que se avecina un apocalipsis, la película toma un giro completamente diferente y cambia no sólo el final, sino también los temas, el mensaje y la moraleja.
Llaman a la puerta, en su mayor parte, se apega a las "reglas" de la novela. A la familia, conformada por Andrew (Ben Aldridge), Eric (Jonathan Groff) y Wen (Kristen Cui), se les dice que deben sacrificar y matar a uno de los suyos para evitar que ocurra el apocalipsis. Esa muerte no puede ser accidental o suicida y debe ser una decisión tomada con la mente clara.
Si deciden no matar a uno de los suyos, uno de los visitantes, Leonard (Dave Bautista), Redmond (Rupert Grint), Sabrina (Nikki Amuka-Bird) y Adriane (Abby Quinn), será asesinado por los demás y una plaga se desatará sobre el mundo. Los visitantes pedirán una decisión a la familia siempre y cuando uno de ellos esté de pie. Cuando no queden más visitantes, entonces ocurrirá el apocalipsis.
Estas pautas de muerte muy específicas ponen a la familia en una posición moralmente imposible de ver el mundo arder o matar a alguien a quien aman. En la novela de Tremblay, la familia elige no matar a nadie y las plagas se manifiestan: los tsunamis golpean la costa, comienza un brote viral y después los aviones caen del cielo.
Pero después de verse obligados a tomar decisiones y elegir, Andrew y Eric, a pesar de comprometerse a permanecer juntos sin importar lo que suceda, no podrán evitar la pérdida de su hija. En la obra literaria, el apocalipsis es más ambiguo, debido en parte a lo vacíos y desesperanzados que están Andrew y Eric después de ver cómo matan a balazos a su hija.