Desde su lanzamiento en septiembre del año pasado, la serie Dahmer - Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer generó un debate sobre cómo los medios audiovisuales fetichizan el crimen y glorifican a los asesinos seriales. Este ha sido un problema desde que Zac Efron interpretó a Ted Bundy en Durmiendo con el asesino, ya que la película de Joe Berlinger pretendió que la audiencia simpatizara con el asesino, viéndolo divertido, carismático y atractivo. Ahora Steve Carrell y Star Plus le dan un nuevo giro a estos personajes.
La serie protagonizada por Evan Peters añade una capa más inquietante al problema. El relato entra en detalles gráficos, describiendo los pormenores de cómo torturó y asesinó. Un episodio para cada una de las víctimas que Netflix consideró más dramáticas y al servicio de la pantalla. Los creadores de la serie, Ryan Murphy e Ian Brennan, toman las historias de cómo murió la gente y las recrean no sólo para satisfacer la mirada morbosa y voyerista de la audiencia, sino para ganar millones de dólares.
El 'true crime', más que cualquier otro género, tiene una línea ética que no se debe traspasar. Y esto lo entienden muy bien Joel Fields y Joseph Weisberg en su más reciente colaboración: El paciente. La serie, disponible en Star Plus, narra la inquietante relación que se establece entre el psiquiatra Alan Strauss (Steve Carell) y uno de sus pacientes, Sam (Domhnall Gleeson). Este último, al no sentir progreso en sus terapias, decide secuestrar al primero para llevarlo al sótano de su casa.
En un escenario claustrofóbico y angustiante, es como Alan se entera de por qué Sam ha acudido a él: necesita frenar sus impulsos homicidas y evitar que actúe sobre esa abrumadora necesidad compulsiva. A medida que se exponen sus propias historias y disfunciones familiares, Alan hace todo lo que puede para tratar de evitar que Sam asesine a alguien más y convencerlo de que termine su encarcelamiento, pero estar encadenado al suelo hace que sea cada vez más difícil para él encontrar una salida.
El paciente (película disponible en Star Plus) opta por no detallar los crímenes de Sam, no le interesa mitificar a un asesino en serie, ni mucho menos que parezca un hombre atractivo y genial. La mayoría de sus asesinatos e impulsos los conocemos durante las sesiones de terapia que mantiene con Alan. En ese sentido, una de las posturas relevantes de El paciente consiste en que el asesino intenta comprender los límites de la naturaleza psiquiátrica y emocional de su impulso de matar no para alcanzar algún tipo de redención frente a la sociedad, mucho menos admiración, sino con la intención de sanar mentalmente.