Algunos cineastas como Steven Spielberg, George Lucas e incluso Peter Jackson han contribuido al éxito de la taquilla de Hollywood con películas como Jurassic Park, La guerra de las galaxias y El señor de los anillos. Definitivamente en ese grupo también se encuentra James Cameron, quien con películas como Titanic y Avatar lo ha demostrado.
Sin embargo, el director y guionista canadiense tiene un gran arrepentimiento sobre una de sus creaciones más influyentes en el terreno de la ciencia ficción: Terminator. Con su película de 1984, Cameron no sólo narra los esfuerzos de la humanidad para detener una inteligencia artificial conocida como Skynet, sino que también reflexiona sobre la relación entre el ser humano y la máquina.
Arnold Schwarzenegger se desempeñó como el rostro de la franquicia Terminator en sus seis películas, interpretando varias versiones del modelo T-800 Terminator. Mientras las dos primeras entregas son consideradas clásicos del género, las últimas cuatro, incluyendo Terminator Salvation, recibieron críticas de negativas a mixtas.
En una nueva entrevista con Esquire, Cameron reflexiona sobre su trabajo en Terminator, incluyendo el guión que escribió para Terminator 6: Destino oculto, protagonizada por Mackenzie Davis. El tres veces ganador del Oscar reveló que su mayor arrepentimiento se deriva de la fetichización de las armas, considerando que los eventos del mundo real lo han motivado a reflexionar sobre la representación de la violencia en el cine.
"Miro hacia atrás en algunas películas que he hecho, y no sé si me gustaría hacer esa película ahora. No sé si me gustaría fetichizar el arma, como hice en un par de películas de Terminator hace más de 30 años", expresa el director de Ghosts of the Abyss. "Lo que está pasando con las armas en nuestra sociedad me revuelve el estómago".
Si bien la preocupación de Cameron sobre el fetichismo de las armas en las películas es muy válido, especialmente considerando la cantidad de tiroteos masivos que enfrenta Estados Unidos cada año (una problemática retratada de manera crítica por Michael Moore en Masacre en Columbine), es interesante considerar cómo un alejamiento de estas armas afectaría a la franquicia Terminator.
Tanto la película original como Terminator 2: El juicio final presentan escenas memorables en las que el personaje principal de Schwarzenegger se maravilla con ciertas armas y pasa tiempo limpiándolas y utilizándolas en sus diversos objetivos, ya sea matar a Sarah Connor (Linda Hamilton) o proteger al joven John Connor (Edward Furlong).
Además, con gran parte de la acción de la franquicia centrada en tiroteos entre las máquinas controladas por Skynet y sus oponentes humanos, tal como ocurre en Terminator: Génesis (con Emilia Clarke y Jason Clarke), parece que eliminar las armas del relato sería una tarea difícil.
Pero Cameron es consciente que el pasado no puede modificarlo y por ello piensa en el presente. "De hecho, corté unos 10 minutos de la película [Avatar: El camino del agua] enfocándome en los disparos. Quería deshacerme de algo de la fealdad, encontrar un equilibrio entre la luz y la oscuridad".
“Debes de tener conflicto, por supuesto. La violencia y la acción son lo mismo, dependiendo de cómo se mire. Éste es el dilema de todo cineasta de acción, y yo soy conocido como cineasta de acción.
Así finaliza el director de Mentiras arriesgadas que, de algún modo, elabora una autocrítica necesaria no para censurar la representación de la violencia en el cine, sino para reflexionar y debatir sobre cuál es o debe ser el papel de los medios audiovisuales, incluyendo cine y televisión, en estas problemáticas que van más allá de la pantalla.