Empezamos el año emocionados porque Leatherface (Mark Burnham) volvería con su motosierra 48 años después para continuar el canon de La masacre de Texas de Tobe Hooper, Michael Myers (James Jude Courtney) y Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) ajustarían cuentas con Halloween: La noche final, y Chucky de Don Mancini (disponible en Star Plus) apuntaría violento a su regreso a cines pero, horrorheads, los clásicos fueron derrotados por el nuevo horror en 2022.
King vs. Hill: El hijo que superó al padre
El teléfono negro, de Scott Derrickson, tiró la primera estocada. Una adaptación de Joe Hill, hijo de Stephen King, que superó a nivel celuloide a los fallidos intentos de reivindicar obras de su padre como Llamas de venganza o El teléfono del señor Harrigan. Tomando como eje la magnificación de los miedos en edad temprana, Derrickson y Hill jugaron con elementos sobrenaturales para explorar la raíz de nuestros miedos con ayuda de una soberbia actuación entre víctima (Mason Thames) y victimario (Ethan Hawke).
Si bien no existe un plot twist sorpresivo, la tensión que genera la película se mete en la psique del espectador al grado de ponerlo en los zapatos del pequeño Finney para elucubrar un plan de escape del tenebroso sótano, cosa que los filmes realizados con base en la obra de King no logran ni un poco, al contrario, son absurdos, aburridos y pésimas interpretaciones. Primer caso de cómo una historia original, aunque tomada de un cuento, derrota a un pilar consolidado.
Un payaso más tenebroso que sus antecesores
La masacre de Texas de David Blue Garcia y Fede Álvarez no es tan nefasta como la hicieron parecer, sin embargo, cambiar de directores le quitó toda continuidad y oportunidad al regreso de Leatherface. Aciertan al retomar los contextos sociales para realizar una crítica actual por medio de la violencia, en 1974 Hooper usó su obra para protestar contra la guerra de Vietnam, la nueva, la gentrificación irregular en los pueblos de Estados Unidos y la dependencia tecnológica.
Sin embargo, las víctimas no ofrecen resistencia alguna. Son inútiles rellenos y la presencia de Sally (Olwen Fouéré), la única sobreviviente de la primera peli es lamentable. ¡Décadas buscando venganza para que caiga despedazada sin el mínimo de pelea! Sarah Yarkin y Elsie Fisher, rescatables como las nuevas final girls, pero desaprovechadas. Leatherface sigue siendo violento y la matanza en el autobús salva de la total perdición esta continuación.
Para no separarnos del punto, Halloween: La noche final, de David Gordon Green, llegó a ser la decepción más grande de todas por plantear un desarrollo lleno de dolor para Laurie y su nieta (Andi Matichak) y terminar con la golpeada introducción de una subtrama inútil sobre Corey (Rohan Campbell), un personaje que roba tiempo al encuentro prometido, sólo para demostrar que "el mal no se muere, sólo cambia de forma". Es inconcebible que sólo los últimos 20 minutos del filme sean lo único entretenido a nivel guion y violencia.
En cambio, Terrifier 2, de Damien Leone, se erigió como un fenómeno que costó 250 mil dólares y recaudó más de 12 millones gracias a ser una secuela con mayor grado de complejidad. A comparación de la Terrifier, la secuela combina el mega slasher (como lo bautizó Mike Flannagan) con una subtrama donde dos adolescentes generan un trauma al escuchar los violentos asesinatos suscitados la noche de Halloween, teniendo como principal miedo el rosto del sanguinario Art The Clown (David Howard Thornton).
Terrifier 2 jamás desvía el antagonismo de Art, ni siquiera con la presencia sobrenatural de Pale Girl, la pequeña payasita que parece ser el hilo conductor malévolo de la historia; Sienna (Lauren LaVera) y Jonathan son sobrevivientes cuyo trauma se convierte en dolor físico, ofrecen resistencia pero al mismo tiempo sufren. Jamás son retratados como héroes invencibles como la tradición dicta. Son dos horas que combinan gore, sobrenatural y horror clásico sin ninguna pretensión.
La temporada 2 de Chucky cayó en el mismo pecado de Michael Myers, perdió la brújula rápidamente por el lento desarrollo entre Jake (Zackary Arthur) y el muñeco maldito (Brad Dourif), es tan lenta la serie que el sarcasmo se llega a ser repetitivo. En términos claros, la serie de Star Plus no ofrece nada que la saga de películas ya haya hecho. Sabes que te vas a divertir, ver muertes brutales, pero la relación entre el malnacido y los niños desespera. De hecho, muchos escuincles merecen ser castigados y viven para contarlo. Hay misericordia.
La violencia psicológica, el verdadero villano del 2022
Halloween, Chucky, La masacre de Texas, Viernes 13, Pesadilla en la calle Elm Street, todos los asesinos conocidos usan el miedo para destazar a sus víctimas, pocos los torturan realmente a nivel psicológico. Aquí radica el éxito de guiones originales como El teléfono negro, Terrifier 2, El gabinete de curiosidades de Guillermo del Toro, X y Sonríe, porque todas siembran un temor que implosiona en locura conforme se desarrolla la interacción entre víctima y victimario.
Los clásicos se valen de infundir un miedo comunitario a raíz de una sola acción, las nuevas apuestas se apoderan de los pensamientos, algo que Freddy Krueger (Robert Englund) plantó pero jamás evolucionó más allá de las pesadillas. Sonríe, la ópera prima de Parker Finn, destruye poco la estabilidad de Rose (Sosie Bacon) hasta hacerla parte de la cadena mortal armada por un temible demonio mostrada hasta el desenlace.
El plot twist elimina lo predecible del tercer acto y permite ver con buenos ojos el recurso tomado de filmes en cadena estilo Destino final. Guillermo del Toro hizo lo propio al abrir su gabinete de curiosidades, ¿cuántos no experimentaron claustrofobia y musofobia con el cortometraje Ratas de cementerio? Trasladó el miedo de la pantalla a su exterior, una sensación que hace años el género de horror nos quitó con tantos guiones refritos o revolcados de forma simple.
Ti West comenzó su trilogía protagonizada por Mia Goth con X (sigue Pearl y MaXXXine)cuya superficie pornográfica propone un terror al envejecimiento. Todos vamos para allá, pero las acciones de una pareja de ancianos incomoda a una audiencia que autocuestiona si su paso del tiempo irá para buen o mal puerto. West contrasta la juventud con la tercera edad, los confronta y colisionan en diversos tipos de miedos originados por estándares físicos modernos.
Barbarian, de Zach Cregger, por supuesto no es ajena ubicarse en los peligros de la gentifricación y urbanización descontrolada (y puedes ver en Star Plus). Piensas dos veces antes de rentar un cuarto de tu casa o alojarte en cuatro paredes ajenas, casi como lo hizo Eli Roth con su Hostal en 2005. A partir de este análisis sólo podemos concluir que los clásicos están acabados, llegó la hora de que Hollywood renueve a sus escritores, productores y directores para dar paso a ideas novedosas que, sinceramente, rescataron el cine de horror en 2022.