Alejandro González Iñárritu y Martín Hernández han trabajado juntos durante 40 años, uno de ellos como director, el otro como diseñador y supervisor de sonido. Entre sus obras se encuentran Amores perros, Babel, Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia) y recientemente: BARDO, falsa crónica de unas cuantas verdades, película que, de acuerdo con Hernández, jamás quedó terminada.
Esto significa que, con todo y su estreno en el catálogo de Netflix, la cinta protagonizada por Daniel Giménez Cacho y Ximena Lamadrid nunca verá su versión final, esto debido a los constantes cambios en la sala de postproducción, específicamente en el departamento de sonido.
“Originalmente teníamos muy poco tiempo para terminar el sonido del film”, recordó el sonidista de películas como Hellboy y El laberinto del fauno, películas de Guillermo del Toro (Pinocho), para Sensacine Latam. “Técnicamente teníamos seis meses para todo: editar, mezclar, todo. Claramente no sería posible que un equipo reducido fuera a dar la batalla a ese nivel de detalle que tiene Iñárritu”.
A pesar de la experiencia de Martín Hernández, las exigencias crecían al paso de los días y aunque tenían un periodo límite para entregar BARDO, falsa crónica de unas cuantas verdades al estudio, las ideas creativas para modificar el sonido seguían llegando.
“Cuando llegamos a la sala de mezcla ya habían pasado seis meses y al final íbamos a invertir en el film 12 meses, es decir, el doble de lo que originalmente era. Cuando llegamos a la mesa de mezcla con John Taylor el desarrollo de las ideas seguía; nunca terminamos el film”.
Continuamos con la película hasta que un día debíamos quitar las manos de la consola, si nos hubieran permitido seguiriamos editando ahora.
¡Ya lo sabes! La versión de BARDO, falsa crónica de unas cuantas verdades que estás a punto de ver es un corte casi que obligado por el estudio, pues Martín Hernández, diseñador y supervisor de sonido de la película, confesó que el equipo creativo tenía tantas ideas que la producción jamás terminó, simplemente les arrebataron el proyecto de las manos para entregarlo al público.