Es difícil encasillar a James Cameron, director de Mentiras arriesgadas, en un solo género. Es capaz de construir Titanic, un melodrama romántico con Leonardo DiCaprio y Kate Winslet que conquista la taquilla, y también manufacturar The Terminator con Arnold Schwarzenegger, uno de los relatos de ciencia ficción más influyentes en las últimas décadas.
Sus películas advierten sobre el impacto de la tecnología en la humanidad mientras, irónicamente, utiliza la más avanzada y sofisticada tecnología en Hollywood. Hemos visto el ascenso de las máquinas en Terminator 2: El juicio final, nos han llevado a los rincones más lejanos del espacio (Aliens, el regreso) y a las profundidades más enigmáticas del océano (Ghosts of the Abyss).
Pero cualquiera que sea el trayecto que proponga, Cameron siempre ha manifestado su obsesión y fascinación por el color azul; su más reciente película, Avatar: El camino del agua, es la más clara evidencia de ello.
Cameron entiende que el color es una poderosa herramienta psicológica en el cine que ayuda a establecer el estado de ánimo y ayuda al público a identificar los temas. En este sentido, en la obra del director canadiense hay un interés especial en el agua y, en el caso de Avatar, Cameron crea el mundo de Pandora habitado por criaturas azules confeccionando una distancia fría para sus personajes (y la audiencia) a partir de la paleta azul.
El propio director ha comentado al respecto: "Supongo que simplemente me gusta el color azul. Quiero decir, es el color de la noche, es el color del océano y, como buceador, he pasado mucho tiempo mirando el azul profundo, el azul pelágico. Es sólo un hermoso color y es un gran acento de color para el rostro humano".
No sorprende que las películas de Cameron presenten grandes exploradores porque él mismo es uno. Según Kulture Hub, Cameron es un destacado buceador y utiliza pequeñas embarcaciones sumergibles para explorar las vastas incógnitas de nuestros océanos. Como señala The Guardian, Cameron se convirtió en la primera persona en hacer un viaje en solitario a la Fosa de las Marianas en un minisubmarino.
Y aunque Cameron dice que lo hace por amor al océano, sus inmersiones también han producido contenido como la película de 2014, Deepsea Challenge 3D, que documenta el viaje de Cameron hasta el fondo de la fosa antes mencionada. Revela imágenes tan asombrosas como las creadas por cualquier equipo de efectos visuales de Hollywood, y tan azules como cualquier película de Cameron.