Stanley Donen, Vincente Minelli, Audrey Hepburn y Michael Mann nunca filmaron anfibios o monstruos marinos, pero en su momento Guillermo del Toro los reconoció como referentes para su multipremiada película La forma del agua. Ahora con Pinocho, su más reciente obra, el director mexicano cita y reflexiona sobre algunas otras inspiraciones que van más allá de la novela de Carlo Collodi.
Un nuevo video de TikTok, de la usuaria @bridgettvalenzuela, muestra al director de El laberinto del fauno y creador de la antología El gabinete de curiosidades hablando frente a un público de jóvenes cineastas y animadores sobre su nueva película original de Netflix. En el video, cita la cultura mexicana como una gran inspiración detrás de la película, tanto en términos del diseño de personajes como de una actitud cultural única hacia la muerte.
En el video de 3 minutos, del Toro cubre todo, desde la poesía hasta la necesidad de hacer retroceder a los ejecutivos del estudio que temen gastar su dinero en algo original o atrevido. El video comienza con una pregunta de uno de los miembros de la audiencia respecto a cuál fue la inspiración detrás del diseño de cierto personaje, a lo que del Toro simplemente dice: "México", momento en el que la multitud vitorea.
"Esas dos figuras tienen todo lo relacionado con la escultura y la creatividad mexicana", afirma del Toro. "Pueden ser un alebrije de Michoacán. Pueden ser un santo tallado a mano en una pequeña iglesia de un pueblo". Luego explica cómo, de niño, veía un arcángel con ojos en cada pluma de sus alas. "Y pensé: eso es extraño", dice entre risas de la multitud.
Netflix Animation
El también director de El espinazo del diablo y El laberinto del fauno continúa explicando cómo la cultura mexicana también influyó en la forma en que la película trata "la vida y la muerte". Lo explica con versos de un poema de Jaime Sabines titulado Del mito, diciendo: "Toda mi vida escuché una voz susurrando suavemente en mis oídos. Vivir. Vivir. Vivir. Fue la muerte [sic]".
Para del Toro, los mexicanos tienen una comprensión única de la muerte (el arte de José Guadalupe Posada y la película Macario de Roberto Gavaldón son ejemplo de ello) que encaja bien con el relato de Pinocho, que tiene un existencialismo fundamental que puede explorarse como algo más que una historia sobre un niño de madera que cobra vida. . "Puedo prometerte una cosa", indica. "Todos vamos a morir".
