Aunque ya han pasado seis largos meses desde que el mundo entero presenció el épico momento en el que Kim Kardashian posó con el icónico vestido de Marilyn Monroe, seguimos conociendo más y más detalles al respecto. En el último episodio del reality show de The Kardashians de Star Plus se reveló la razón por la que la socialité de 42 años entró en shock días previos a su aparición en el Met Gala 2022.
El miedo se apoderó de Kim cuando se dio cuenta de que había recobrado un par de kilos antes del evento de moda neoyorquino. En el capítulo más reciente del reality show, la ex esposa de Kanye West habló con su entrenador para pedirle ayuda, ya que se estaba volviendo loca tras averiguar que había aumentado aproximadamente dos kilos. Esto después de haber llegado a su peso meta de 53 kilos que le permitiría hacer uso del vestido de Monroe.
Kim Kardashian optó por medidas extremas como utilizar un traje de sauna mientras hacía ejercicio para poder transpirar más y así lograr entrar en el emblemático vestido de la actriz de Los caballeros las prefieren rubias. "Voy a hacer todo lo que pueda para entrar en ese vestido", dijo con firmeza la estrella del reality de Star Plus que también afirmó que no aceptaría un no por respuesta.
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Pasar horas interminables en el gimnasio y hacer una dieta sumamente restrictiva para perder una cantidad significativa de peso no fueron los únicos padecimientos por los que Kim tuvo que atravesar. Además, la empresaria tuvo que someter a su cabello a un complicado proceso de decoloración que duró más de 30 horas para lograr el tono rubio platinado que pudo lucir en el Met Gala 2022.
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Como ya sabemos, Kim cumplió con su objetivo y acaparó las miradas de todos al llegar en el vestido con el que Monroe cantó "Feliz cumpleaños" al presidente John F. Kennedy en 1962. Sin embargo, la estrella de The Kardashians de Star Plus fue blanco de críticas por disponer de una pieza histórica y hacer alarde de su pérdida de peso. Lo cierto es que Kim Kardashian y el vestido de Marilyn Monroe pasarán a la historia como uno de los momentos más polémicos del Met Gala.