El poder de las películas provoca sentimientos de emoción, tristeza, alegría o miedo. Es este último el que muchos directores intentan capitalizar mediante la confección de imágenes o momentos espeluznantes tal como lo construye James Wan con la monja que aparece detrás de Lorraine Warren (Vera Farmiga) en El conjuro 2.
Algunos usan grandes cantidades de sangre. Otros brindan una calma y un silencio desconcertantes antes de destrozar los sentidos. Unos más cuentan con increíbles efectos y maquillaje de monstruos. Más allá de cuáles sean los métodos, muchos directores han logrado no sólo instaurar el miedo en la audiencia, sino también dejar una sensación traumática duradera.
'El exorcista': el rostro de Pazuzu
Warner Bros.
Ver la pantalla gobernada por el rostro de Pazuzu en El exorcista es una de las pesadillas más efectivas. El padre Karras sueña que corre detrás de su madre cuando ella entra en la estación del metro y, súbitamente, la aterradora cara blanca de Pazuzu aparece. Sigue siendo una de las imágenes más inquietantes a pesar de que gran parte del terror de la película de William Friedkin ha disminuido a medida que pasan las décadas.
'El bebé de Rosemary': la violación
William Castle Productions
En un momento fundamental en El bebé de Rosemary de Roman Polanski, la protagonista (Mia Farrow) es violada y embarazada por Satanás mientras un aquelarre de brujas se cierne sobre ella. Después del acto satánico, ella piensa que todo es una pesadilla. Lo más escalofriante, es que en el plano de lo real, la mujer fue drogada y violada por su esposo (John Cassavetes) mientras dormía.
'Carrie': El sangriento baile de graduación
Red Bank Films
En una escena crucial de Carrie, dirigida por Brian De Palma, la joven protagonista (Sissy Spacek) está radiante en el escenario, pensando que acaba de ser coronada reina del baile. Vemos un balde lleno de sangre colgando sobre ella, y cuando sus violentadores tiran de la cuerda, el balde cae y cubre el vestido rosa pastel de sangre rojo oscuro. Ha sido una cruel broma y todos se ríen de ella. Es el bullying y acoso escolar en su máxima y terrorífica expresión.
'Eso': Eddie y Pennywise en la ducha
Konigsberg Company
En la película de 1990, Eso, Tim Curry interpreta al espeluznante Pennywise, pero hay una escena en particular que instauró un trauma duradero en muchos niños. Eddie se está duchando después de la clase de educación física cuando, de repente, todas las regaderas lo rocían violentamente, la coladera se abre y sale el payaso como si fuera un demonio del infierno. Sus expresiones faciales contorsionadas y su voz gutural son materia de pesadillas.
'Chucky, el muñeco diabólico': un juguete sin batería
United Artists
El miedo de la gente a los muñecos debe haberse disparado después del lanzamiento de Chucky: el muñeco diabólico en 1988. La película se aprovecha de nuestras ansiedades infantiles y nuestras pesadillas sobre lo que sucedería si alguno de nuestros muñecos cobrara vida y se convirtiera en la principal causa de muerte. Es la simplicidad de un Chucky sin batería, cuando lo escuchamos y vemos sus expresiones faciales por primera vez, lo que nos hace temblar.
'Pesadilla en la calle del infierno': el acto de dormir
New Line Cinema
Pesadilla en la calle del infierno, de Wes Craven, está repleta de momentos aterradores ya que Freddy Krueger vive en los sueños de sus víctimas y logra matarlas allí. La secuencia del sueño inicial de Nancy con sus amigos muertos cubiertos de insectos sigue siendo una de las mejores porque instauró el miedo a dormir y ayudó a confeccionar gran parte del imaginario del cine de terror de los 80 y 90.
