Willem Dafoe ha muerto en pantalla de las formas más memorables y dramáticas: atravesado por un planeador, acribillado o incluso decapitado. Pero, ¿qué lo atrae hacia estos papeles?
Uno de los sellos distintivos en la carrera de Willem Dafoe es la encarnación de dramáticas y elaboradas escenas de muerte. Desde ser atravesado por su propio planeador en Spider-Man de Sam Raimi hasta sucumbir en una lluvia de balas en Pelotón de Oliver Stone, las muertes de Dafoe no solo impactan al público, sino que también parecen atraer al actor. En una reciente entrevista con Empire, el actor comentó entre risas: “¡Siempre quieren matarme!” y añadió que estas escenas forman parte de su atractivo por los papeles que escoge.
La inclinación de Dafoe por interpretar personajes que encuentran su fin en pantalla no es accidental. En su trayectoria, estas muertes no solo son puntos dramáticos esenciales de las películas, sino que también le permiten explorar dimensiones únicas de la actuación. En El hombre del norte, dirigida por Robert Eggers, Dafoe interpreta a un bufón cuya muerte temprana no pone fin a su participación, ya que reaparece como una cabeza decapitada que guía espiritualmente al protagonista.
Las razones detrás de las impactantes muertes en pantalla de Willem Dafoe
El actor de El faro y Nosferatu considera que interpretar la muerte tiene un atractivo emocional y psicológico. En sus palabras: “Eleva las apuestas. Todos, a menos que estén dormidos, imaginan su propia muerte. Así que, cuando estás en una ficción, representar esta fantasía, incluso en casos extremos, es algo elevado. No es normal, es específico y personal, pero no eres tú”. Esta reflexión muestra cómo Dafoe aborda sus escenas más desgarradoras como ejercicios de introspección, alejadas del simple dramatismo.
Para Dafoe, morir en pantalla no solo es un desafío actoral, sino también una manera de explorar la relación entre la ficción y la mortalidad. El actor explicó que representar una muerte en un entorno ficticio permite ensayar este inevitable momento de la vida sin enfrentar riesgos reales. “Representar [tu muerte], incluso sin ningún riesgo real, es un ejercicio hermoso”, afirmó. También sugirió que algunas culturas podrían tener rituales similares que ayudan a las personas a prepararse para su final.
La fascinación de Dafoe por los papeles que involucran la muerte podría estar ligada a su perspectiva sobre la actuación misma. En una entrevista de 1987, Dafoe describió su trabajo como “una vida que atravieso furiosamente hasta que termina”. Al reflexionar sobre esta afirmación décadas después, comentó: “A veces lo siento así. Soy una persona diferente ahora, pero está bien. No me molesta que me asocien con eso”.
El impacto de sus escenas de muerte no solo radica en la ejecución técnica o emocional, sino también en su capacidad para evocar preguntas universales sobre la existencia. La muerte, como parte inevitable de la experiencia humana, se convierte en un terreno fértil para el arte, y Dafoe lo utiliza como un espacio para explorar y confrontar los miedos que todos compartimos.