"Hice películas que no debía haber hecho": después de 'Green Lantern', este colosal fracaso podría haber sido fatal para Ryan Reynolds
Jessica Campos
-Redactora
Algunas de mis películas favoritas son 'Birdman', 'Begginers' y 'L'âge atomique'. El cine de terror me da miedo, me gustan los comics, y mis géneros favoritos son la fantasía y la animación. Estudié Comunicación en la UNAM y algún día terminaré la carrera de Historia en la FFyL.

El actor que hoy es un multimillonario se las vio negras al inicio de su carrera y aquí te contamos por qué.

Pese a que ahora es uno de los hombres más poderosos del mundo, Ryan Reynolds no siempre fue sinónimo del éxito arrollador en taquilla, sino que su carrera estuvo marcada por importantes fracasos que pudieron haber puesto en peligro su posición en la industria.

Por eso, uno de los más notorios fue Green Lantern que surgió como una producción de alto presupuesto que costó a Warner Bros. millones en pérdidas y dejó al actor con un legado crítico muy negativo. En entrevistas posteriores, Reynolds admitió que la película fue víctima de decisiones apresuradas, destacando que "había demasiada gente gastando demasiado dinero" en aquella época y que, sin embargo, le dejó la lección más grande de su carrera.

"He hecho películas que no debería haber hecho porque me iban a pagar, y fue muy atractivo y emocionante en ese momento. Cuando llegas a Hollywood, y vienes de donde vengo yo, piensas: Por supuesto que voy a hacerlo", confesó a Los Angeles Times en 2015.

La caída continuó con el fracaso de R.I.P.D., que dejó una profunda huella en la carrera del actor. No obstante, ese punto de inflexión lo motivó a reevaluar sus elecciones artísticas, ya que en lugar de buscar grandes producciones comerciales, optó por proyectos que priorizaban la calidad narrativa sobre la retribución económica.

Este giro dio lugar a trabajos como The Voices, que fue una comedia de terror que recibió elogios críticos, aunque fracasó en taquilla, recaudando solo 2 millones de dólares. En el mismo año, Reynolds demostró su capacidad dramática en The Captive, que fue un modesto thriller donde interpretó a un padre desesperado tras el secuestro de su hija.

Sin embargo la película fue ignorada comercialmente hasta que en Mississippi Grind encarnó a un carismático pero problemático jugador de apuestas, ganándose algunas de las mejores críticas de su carrera, aunque nuevamente el resultado económico fue decepcionante, con ingresos de menos de 500 mil dólares.

Ese mismo año llegó La mujer de oro como un drama en el que compartió pantalla con Helen Mirren y dejó en claro su versatilidad y compromiso actoral, iniciando un período de introspección artística que lo consolidó como un intérprete dispuesto a correr riesgos y explorar nuevas facetas, sin apegarse a su condición de estrella.

Así, este renacimiento profesional lo preparó para el papel que cambiaría su carrera: Deadpool que pese a una producción más ajustada y una historia personal detrás del proyecto, Reynolds alcanzó un éxito que lo catapultó definitivamente al estrellato y demostró que los fracasos no definen a un artista, sino la forma en que se reinventa tras ellos.

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