La nueva serie de Netflix combina misterio, terror y drama psicológico mientras sigue la pista de un asesino serial que deja macabras señales tras cada crimen. Con un estilo oscuro y perturbador, esta producción ya está generando un gran impacto.
Álex de la Iglesia es uno de los cineastas españoles más reconocidos por su estilo distintivo que mezcla lo grotesco, el humor negro y lo sobrenatural. Con películas emblemáticas como El día de la bestia, La comunidad y Balada triste de trompeta, de la Iglesia ha demostrado su habilidad para fusionar géneros como el thriller, la comedia y el terror, explorando temas como la religión, la ambición y las obsesiones humanas. Su visión única del cine lo ha convertido en un referente del género fantástico y en un creador que no teme empujar los límites de lo convencional.
En 2020, de la Iglesia dio un paso más allá con 30 monedas, una serie para Max que se convirtió en un fenómeno de culto. Esta producción combinó ciencia ficción, acción, terror cósmico y terror religioso en una trama que giraba en torno a una conspiración global vinculada a las monedas de Judas Iscariote. La serie destacó por su narrativa compleja, personajes inolvidables y un despliegue visual impresionante que confirmaron al director como un maestro del suspenso y lo paranormal.
Álex de la Iglesia lleva el thriller a nuevos extremos con su serie para Netflix
Ahora, Álex de la Iglesia regresa con 1992, su nueva serie para Netflix, que promete dejar a los espectadores al filo de sus asientos. Esta producción se adentra en el oscuro mundo de un asesino serial que aterroriza Sevilla dejando una inquietante tarjeta de presentación: una figurita de Curro, el icónico gallo mascota de la Expo ’92. El detalle no solo añade un toque de peculiaridad, sino que conecta los crímenes con uno de los eventos más emblemáticos de la historia reciente de España.
El protagonista de 1992 es Richi Zurita, interpretado por Fernando Valdivielso, un exdetective convertido en guardia de seguridad, cuya vida ha sido marcada por la tragedia y el alcoholismo. Tras una explosión en una fábrica que se cobra la vida de su amigo Álvaro (Álex Gadea) y de un empresario prominente, Richi se ve envuelto en la investigación de las misteriosas muertes, alentado por Amparo (Marian Álvarez), la viuda de Álvaro. Lo que comienza como un aparente accidente pronto revela una serie de crímenes perturbadores.
A medida que Richi y Amparo desentrañan el caso, descubren que las víctimas están conectadas de alguna manera con la Expo ’92. La narrativa se desarrolla como un thriller oscuro y visceral, en el que los protagonistas se enfrentan no solo a un asesino calculador, sino también a sus propios demonios internos. Richi lucha con la pérdida de su familia, mientras que Amparo lidia con los traumas que los sucesos recientes han desencadenado en su vida.
La serie destaca por su crudeza visual, mostrando sin reparos las grotescas consecuencias de los crímenes del asesino. Los cadáveres carbonizados y las aterradoras escenas de los asesinatos añaden un nivel de tensión y horror que refuerzan el tono sombrío de la historia. Este enfoque visceral, aunque impactante, se justifica al profundizar en la psique del villano y en el impacto que tiene en sus perseguidores.
Aunque algunos críticos señalan que 1992 sigue ciertos tropos comunes del género, como el detective caído en desgracia que logra redimirse, la dirección de Álex de la Iglesia y la atmósfera única de la serie logran mantener la atención del público. Con una combinación de suspenso, drama psicológico y violencia explícita, 1992 se posiciona como una de las apuestas más arriesgadas e intrigantes de Netflix este año. Sin duda, esta serie consolida aún más la reputación de su creador como un narrador audaz y visionario.