Aunque es una de sus actuaciones más populares, Jim Carrey la recuerda con sufrimiento. ¿Te imaginas de cuál se trata? Seguramente la ves cada fin de año.
Jim Carrey es uno de los actores cómicos más famosos del Hollywood moderno, pues su participación en cintas como La máscara y Una pareja de idiotas pusieron los reflectores sobre su carrera. Años más tarde protagonizaría la aclamada película El show de Truman, de Peter Weir, pero uno de sus papeles más recordados es en la adaptación de un clásico de la literatura infantil.
En el 2000 Carrey se convirtió en el líder del elenco dirigido por Ron Howard, quien llevó la historia de un peculiar personaje navideño a la pantalla grande. Christine Baranski, Jeffrey Tambor y Taylor Momsen también formaron parte de la producción, aunque la actuación más sobresaliente fue la del actor cómico, quien lucía irreconocible con su caracterización.
A pesar de que su apariencia es una de las más recordadas en el cine, Jim Carrey no siente ningún apego o nostalgia hacia ella; de hecho, comparó la experiencia con la muerte. “Era como estar enterrado vivo”, confesó el intérprete a ComicBook mientras era entrevistado por Sonic 3, la próxima entrega de la saga basada en videojuegos, “Hice esto con mucho maquillaje y tuve problemas para respirar”.
El también actor de Ace Ventura y Kick-Ass 2 comentó que fue una rutina muy compleja de maquillaje, pues pasaba largas jornadas sentado mientras le colocaban los prostéticos y los pintaban. “Fue un proceso extremadamente insoportable. Para motivarme, me decía a mí mismo que estaba haciendo esto para los niños. ‘Es para los niños. Es para los niños’”, repetía.
Mientras que El Grinch se convirtió en un clásico navideño imperdible año tras año, para Jim Carrey la película se transformó en una experiencia traumática que no recuerda con cariño. Así que la próxima vez que veas esta cinta especial de la temporada de fin de año, no olvides que detrás del maquillaje que volvió realidad a dicho personaje, hubo una tortura para el cómico intérprete.