La trilogía de Peter Jackson revolucionó el cine de fantasía, pero no estuvo exenta de pequeñas limitaciones técnicas. Ahora, ‘La Guerra de los Rohirrim’ aprovecha el poder del anime para superar esos detalles y enriquecer la épica de Tolkien.
La trilogía original de El Señor de los Anillos, dirigida por Peter Jackson, marcó un antes y un después en el género de la fantasía cinematográfica. Con paisajes espectaculares y batallas épicas, las películas son consideradas obras maestras. Sin embargo, incluso estas producciones icónicas no están exentas de pequeñas imperfecciones, en particular, ciertas limitaciones técnicas que el nuevo anime El Señor de los Anillos: La Guerra de los Rohirrim busca superar con creces.
Ambientada 183 años antes de los eventos de la trilogía, esta precuela animada, dirigida por Kenji Kamiyama, aprovecha al máximo las capacidades del medio para expandir el universo de Tolkien. A través de la animación, se logra una representación más dinámica y precisa de los elementos épicos de la historia, incluyendo la batalla de los dos mil jinetes de Rohan contra los Dunlendinos, un desafío que, según el director, habría sido imposible de igualar en el live-action.
La animación que corrigió el único detalle pendiente de la trilogía de Peter Jackson
Kamiyama, en una entrevista reciente con Anime Trending, admitió haber estado inicialmente escéptico sobre cómo animar una escena tan compleja, pero pronto descubrió que la animación ofrecía ventajas que el live-action no podía igualar. En particular, la animación permite crear criaturas míticas y paisajes fantásticos sin las restricciones físicas de los efectos prácticos, algo que resultó crucial para capturar la esencia de la obra de Tolkien. Según el director, "el resultado final es algo que solo puede lograrse con la tecnología de animación".
Otro aspecto destacable de La Guerra de los Rohirrim es su capacidad para honrar el legado de Peter Jackson mientras establece su propia identidad. Elementos como la narración de Miranda Otto como Éowyn y la inclusión de la voz de Christopher Lee como Saruman crean una conexión emocional con los fanáticos de las películas originales. Al mismo tiempo, el toque japonés en el diseño y estilo visual le da un carácter único a esta producción.
El equipo creativo trabajó arduamente para diferenciar el anime como una obra independiente. Aunque se inspira en las películas originales, La Guerra de los Rohirrim utiliza el formato animado para explorar de manera más profunda temas como el sacrificio, la unidad y las tensiones sociales que definieron a los Rohirrim. Esto se refleja no solo en las épicas batallas, sino también en los momentos de introspección y conexión emocional entre los personajes.
El productor Jason Demarco, quien propuso la idea de una versión animada de El Señor de los Anillos, consultó personalmente a Kamiyama, inicialmente buscando asesoramiento sobre cómo dar un giro japonés al proyecto. Sin embargo, la colaboración terminó llevándolo a asumir la dirección, lo que resultó en una producción que combina lo mejor de ambos mundos: la épica narrativa de Tolkien y el estilo distintivo del anime japonés.