Netflix tiró 55 millones de dólares a la basura: nunca veremos esta ambiciosa serie de ciencia ficción
Jessica Campos
-Redactora
Algunas de mis películas favoritas son 'Birdman', 'Begginers' y 'L'âge atomique'. El cine de terror me da miedo, me gustan los comics, y mis géneros favoritos son la fantasía y la animación. Estudié Comunicación en la UNAM y algún día terminaré la carrera de Historia en la FFyL.

La mala comunicación y administración de recursos terminó por hacer que este sueño fuera condenado al olvido.

Netflix es conocida por sus apuestas arriesgadas en producciones originales, pero pocas han resultado tan desastrosas como Conquest, que es una ambiciosa serie de ciencia ficción dirigida por Carl Rinsch, quien estuvo detrás de 47 Ronins. Con un presupuesto de 55 millones de dólares, la serie prometía convertirse en la próxima gran franquicia del género, pero terminó siendo cancelada y desencadenando una batalla legal que dejó millones en pérdidas.

Conquest estaba ambientada en un futuro cercano y giraba en torno a un genio inventor que creaba humanoides llamados Inteligencia Orgánica para realizar labores humanitarias en todo el mundo. Sin embargo, cuando los humanos descubrían la verdadera naturaleza de estos seres, todo se desmoronaba. La trama, cargada de potencial, llamó la atención de Netflix, que decidió apostar fuerte por el proyecto, adquiriendo los derechos por 61.2 millones de dólares.

El contrato otorgó a Rinsch control creativo total, incluidos los derechos de edición y la promesa de futuras temporadas y spin-offs. Sin embargo, desde el principio, la producción estuvo marcada por el caos: retrasos, problemas en el rodaje en São Paulo y un comportamiento polémico del director en el set terminaron por provocar su cancelación.

El declive definitivo llegó con la pandemia de COVID-19, ya que para entonces Netflix había invertido más de 44 millones de dólares y el proyecto estaba lejos de completarse. Rinsch, lejos de utilizar el dinero para avanzar en la producción, destinó parte de los fondos a inversiones en criptomonedas, coches de lujo y ropa de diseñador. Aunque él argumentó que estos gastos eran necesarios para la serie (llegando a justificar los Rolls-Royces como atrezzo), Netflix perdió la paciencia.

En marzo de 2021, tras múltiples intentos de rescatar la producción, la compañía tomó la decisión de cancelar Conquest. La decisión desencadenó una disputa legal, con Rinsch reclamando 14 millones de dólares por incumplimiento de contrato y Netflix asegurando que el director jamás habría completado la serie.

Así el fracaso de Conquest no solo dejó a esta plataforma con una pérdida millonaria, sino que también se sumó a la lista de proyectos malogrados en la industria del entretenimiento. Pese a que pudo haber sido un éxito revolucionario, terminó como una advertencia sobre los riesgos de otorgar control total sin supervisión adecuada y aunque el público nunca verá esta serie, su historia seguirá siendo recordada como uno de los mayores desastres de producción en la historia de Netflix.

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