La épica película, que revivió en pantalla la brutalidad de la Roma antigua, tuvo una inspiración sorprendente: una pintura del siglo XIX. La obra capturó la atención del director y le inspiró a trasladar su intensa violencia y simbolismo al cine.
Hace más de dos décadas, Ridley Scott se sumergió en el mundo de la Antigua Roma para crear una de las películas épicas más memorables del cine contemporáneo, Gladiador. Sin embargo, la chispa que encendió la pasión del director por este proyecto no fue solo el guión o la promesa de un éxito de taquilla, sino una impactante y violenta pintura del siglo XIX.
La historia detrás de la pintura que llevó a Scott a rodar ‘Gladiador’
El productor Douglas Wick, en una entrevista para The Hollywood Reporter, reveló que la obra fue clave para convencer a Scott de aceptar el proyecto. Al mostrarle la pintura titulada Pollice Verso (que significa “pulgar al revés”) del pintor francés Jean-Léon Gérôme, Scott quedó hipnotizado por la mezcla de gloria y crueldad que evocaba la imagen. En palabras del propio director, aquella pintura le habló “de todo el esplendor y la maldad del Imperio Romano”.
La pintura de Gérôme no sólo captura la brutalidad del circo romano, sino también un detalle que se ha convertido en parte esencial de la imaginería popular: el gesto del "pulgar hacia abajo" para sentenciar la muerte de un gladiador. Aunque este gesto se popularizó gracias a Pollice Verso y a su influencia en obras como Gladiador, no hay evidencia histórica que confirme que los romanos realmente utilizaban este símbolo. Se cree que en realidad la muerte se indicaba con el pulgar hacia arriba o en posición horizontal, evocando el acto de desenvainar una espada, mientras que el pulgar dentro del puño, en señal de "espada envainada", representaba clemencia.
Gérôme era un amante del mundo clásico y realizó una exhaustiva investigación para captar cada detalle del circo romano en Pollice Verso. La pintura refleja los diferentes niveles económicos de la sociedad romana, con los sectores acomodados a la sombra, mientras que los gladiadores y los espectadores en la arena se ven bañados en luz. Además, Gérôme se esmeró en mostrar fielmente la arquitectura del Coliseo y el armamento de los gladiadores, lo que le da a la obra un carácter casi arqueológico.
Pese al error histórico del “pulgar hacia abajo”, la intensidad de Pollice Verso sigue siendo innegable. Gérôme consiguió que el espectador sienta la tensión de la decisión del emperador, rodeado por una multitud ansiosa que pide la ejecución del gladiador vencido. Esta mezcla de arte y dramatismo inspiró a Scott a trasladar esa atmósfera al cine, dándole a Gladiador, protagonizada por Russell Crowe, una autenticidad visceral que marcó un antes y un después en el género de películas históricas.
El impacto de esta obra en Gladiador es evidente en una de las escenas más icónicas del filme, donde el emperador Cómodo, interpretado por Joaquin Phoenix, levanta el pulgar para decidir el destino de los combatientes. Scott tomó este elemento visual, creado por Gérôme, y lo convirtió en un símbolo del poder absoluto y despiadado de Roma, lo que acentuó aún más el drama y la tensión de la película.