Tras la exitosa trilogía inspirada en la obra de J.R.R. Tolkien, el director Peter Jackson decidió explorar otros géneros con ‘The Lovely Bones’, pero el rodaje tuvo un comienzo accidentado.
La trilogía de El señor de los anillos es una de las adaptaciones cinematográficas más emblemáticas del siglo XXI. Dirigida por el cineasta neozelandés Peter Jackson, la serie de películas basada en la obra literaria de J.R.R. Tolkien se filmó casi de manera continua entre 1999 y 2000, y posteriormente se alzó con 17 premios Oscar entre las tres películas, incluyendo el de Mejor Película para El retorno del rey en 2004.
Después de esta trilogía, Jackson se consolidó como uno de los grandes directores de Hollywood, con un nivel de respeto y libertad creativa que pocos cineastas logran en sus carreras. La influencia de El señor de los anillos y su éxito de taquilla hicieron de Jackson un director capaz de llevar a cabo casi cualquier proyecto que se propusiera, lo que le permitió explorar otros géneros y estilos cinematográficos.
Cuando 27 kilos de más separaron a este actor de una película de Peter Jackson
Jackson decidió trabajar en proyectos más personales, como la adaptación de King Kong en 2005, que también fue bien recibida y demostró su habilidad para recrear mundos complejos. Sin embargo, en 2009 decidió dar un giro y aventurarse en un territorio completamente distinto con The Lovely Bones, una adaptación de la novela de Alice Sebold sobre un padre que lidia con la pérdida y busca justicia para su hija.
Para el papel del protagonista, Jackson eligió inicialmente al entonces ascendente Ryan Gosling, quien parecía una opción perfecta para encarnar a Jack Salmon, el dolido padre de la historia. No obstante, la colaboración entre Jackson y Gosling no resultó como se esperaba. Gosling, siempre comprometido con sus papeles, decidió que el personaje de Jack debía lucir con más peso, un reflejo del deterioro emocional del padre en duelo.
Con esta visión en mente, el actor de Diario de una pasión, Triste San Valentín y La La Land ganó cerca de 27 kilos antes de comenzar el rodaje, transformando su físico a base de un régimen que incluía beber helado derretido cuando tenía sed. Gosling consideraba que este aspecto haría más creíble su interpretación de un hombre destrozado por la tragedia, convencido de que el peso adicional sumaría realismo a su papel.
Sin embargo, esta transformación física no fue bien recibida por Jackson y el equipo de producción. Según confesó la estrella de Drive y Barbie en una entrevista con The Hollywood Reporter, el cambio fue un desacierto, ya que el director y los productores tenían una idea diferente sobre cómo debía verse el personaje. Días antes de que comenzara el rodaje, Jackson decidió despedir a Gosling y sustituirlo por Mark Wahlberg, quien interpretó al personaje con un enfoque más ajustado a la visión del director.
Gosling reveló que la falta de interacción con Jackson antes del rodaje fue crucial en la decisión de su despido. Según el actor, The Lovely Bones era una gran producción con muchos aspectos logísticos que demandaban la atención del director, lo cual dificultó que Jackson dedicara tiempo a trabajar individualmente con los actores. Como resultado, Gosling asumió una interpretación basada en su propio criterio, sin llegar a alinearse con lo que Jackson había planeado. “Simplemente aparecí en el set, y había entendido todo mal”, confesó el actor, quien describió la experiencia de ser despedido en ese momento como “estar gordo y desempleado”.