Una de las películas que no se podría omitir al hablar de producciones malditas llegó a la gran pantalla en 1956, donde una gran parte del elenco terminó enfermando gravemente.
Hollywood no es un lugar ajeno a las maldiciones. Desde extraños sucesos en el set de El exorcista, las muertes de los protagonistas de Poltergeist: Juegos diabólicos, y el fallecimiento catastrófico de Brandon Lee en el set de El Cuervo de 1994, son sólo algunas de las cintas que sufrieron el caos y la desgracia de eventos inexplicables. Muchas de estas películas se consideran malditas dando lugar a historias sensacionales que las han convertido en cintas de culto.
Maldición o no, algunos proyectos han estado tan plagados de mala suerte que nadie ha encontrado una explicación lo suficientemente lógica como para descartar la presencia de algo paranormal. Una de las películas que no se podría omitir al hablar de producciones repletas de eventos desafortunados llegó a la gran pantalla en 1956, donde una gran parte del elenco terminó enfermando gravemente.
El conquistador fue protagonizada por la leyenda del wéstern John Wayne interpretando al señor de la guerra mongol del siglo XIII, Genghis Khan. A pesar de la fama del actor, la película terminó siendo un fracaso y pasando a la historia como una de las peores interpretaciones de Wayne en su carrera. Sin embargo, más allá del desastre en taquillas y del terrible trabajo de John Wayne, hoy se recuerda a El conquistador gracias a todas las circunstancias que rodearon su producción y las terribles consecuencias para muchos de los actores y el equipo.
Algunas partes del rodaje de El conquistador tuvieron lugar no lejos de un sitio de pruebas de armas nucleares, en el llamado sitio de pruebas de Nevada, donde se detonó la bomba atómica en mayo de 1953. Los productores lo sabían, pero el gobierno les aseguró que las pruebas no representarían ningún peligro para el equipo de filmación ni para los residentes. Y así comenzó el rodaje: según se informa, incluso se arrastraron varias toneladas de arena contaminada al edificio del estudio con fines decorativos.
Pronto, los casos de cáncer y las muertes relacionadas con la radiación se volvieron comunes entre los miembros del equipo durante los años posteriores a las grabaciones. Aunque a la fecha, no hay pruebas de que exista una relación directa entre el elevado número de casos de enfermedad entre los implicados en El conquistador y la radiación radiactiva, la evidencia de personas afectadas es abrumadora.
Alrededor de un cuarto de siglo después de terminar la película, 91 miembros del equipo de 220 personas fueron diagnosticados con cáncer, y 46 de ellos murieron a causa de él , incluidas las estrellas John Wayne, Agnes Moorehead y Susan Hayward. Esta cifra tampoco no tuvo en cuenta a los extras nativos americanos que también aparecieron en la película, por lo que es probable que el número real de víctimas sea incluso mayor que el que se informó. El actor mexicano Pedro Armendáriz se suicidó en 1963 tras enterarse de que tenía un tumor incurable, posiblemente causado por su tiempo en el rodaje de la película.