Aunque es reconocido mundialmente por sus icónicos roles en westerns y como director de aclamadas películas como ‘Los imperdonables’ y ‘Río místico’, pocos recuerdan que Clint Eastwood debutó en una clásica película de terror de 1955.
En la década de 1960, Clint Eastwood alcanzó la fama internacional gracias a su participación en los westerns dirigidos por Sergio Leone, en particular El bueno, el malo y el feo. En estos relatos, Eastwood encarnó a un personaje frío, enigmático y solitario, que redefinió los arquetipos del héroe del western. Su interpretación marcó una ruptura con los vaqueros tradicionales de Hollywood, presentando a un protagonista moralmente ambiguo y violento, un símbolo del antiheroísmo que impregnó el género a partir de ese momento.
Como director, Eastwood también contribuyó a moldear el western como género distintivo del cine estadounidense, especialmente con películas como El jinete pálido y Los imperdonables. Este último filme, que ganó el Óscar a Mejor Película y a Mejor Director, es una reflexión sobre la violencia y la redención, desmantelando los mitos del viejo oeste y presentando personajes complejos que luchan con sus propios demonios.
Del laboratorio al lejano oeste: el debut de Clint Eastwood en el cine de terror
Pero antes de ser sinónimo del western, Eastwood debutó como actor en una película de terror que pocos recuerdan: La venganza del monstruo (Revenge of the Creature), secuela de la icónica La criatura de la laguna negra (Creature from the Black Lagoon). Esta cinta, lanzada en 1955, forma parte del último periodo del canon de los monstruos clásicos de Universal, que comenzó en 1931 con Drácula y Frankenstein. Aunque el filme marcó el final de una era para las criaturas de Universal, también significó el inicio de la carrera del legendario Clint.
Eastwood, con tan solo 25 años, interpretó a un técnico de laboratorio en esta secuela. Aunque su papel fue pequeño y cómico, este debut inesperado en el mundo del cine es una curiosidad para los fans, quienes pueden ver a un joven Eastwood en uno de los últimos filmes del monstruo conocido como Gillman. Su personaje realiza un experimento con ratas y gatos, con un toque de humor, cuando descubre que una de las ratas que creía desaparecida estaba en su propio bolsillo.
La venganza del monstruo sigue los eventos de su predecesora, en la que la criatura, que había sido abatida en Brasil, es capturada y llevada a un acuario en Florida para ser estudiada. El profesor Clete Ferguson (John Agar) y su asistente Helen (Lori Nelson) son los encargados de investigar a la criatura, mientras ésta, al igual que en la primera película, desarrolla una obsesión por una mujer humana. A pesar de su trama predecible, el diseño del Gillman, creado por Milicent Patrick, sigue siendo un aspecto destacado que mantiene a esta cinta en la memoria colectiva.
El legado de La criatura de la laguna negra es notable no solo por su estética y su monstruo acuático, sino porque, a pesar de que el público ya comenzaba a volcarse hacia los monstruos atómicos de la década de los cincuenta, como Godzilla, el Gillman logró consolidarse como uno de los últimos monstruos clásicos de Universal. La venganza del monstruo contribuyó a prolongar la vida de este género y a cerrar una era dorada del cine de terror, justo antes de que el público buscara nuevas formas de asustarse en la pantalla.