Protagonizada por Laura Dern, de 57 años, y Liam Hemsworth, de 34, este romance con una marcada diferencia de edad ha generado tanto interés como debate.
La nueva película de Netflix, Una aventura en Marruecos, ha capturado rápidamente la atención de los espectadores, alcanzando en su primer fin de semana el top 3 en la plataforma a nivel global. El filme cuenta con la galardonada actriz Laura Dern, de 57 años, en un romance inesperado junto a Liam Hemsworth, de 34. Este recurso de emparejar a mujeres mayores con hombres más jóvenes se ha convertido en una tendencia en Hollywood.
Laura Dern y Liam Hemsworth conquistan Netflix con su historia de amor
Este romance con diferencia de edad se suma a producciones recientes como Un asunto familiar con Nicole Kidman y Zac Efron, o La idea de ti con Anne Hathaway y Nicholas Galitzine, que también exploran estas dinámicas. Hollywood parece haber encontrado en este tipo de historias un nicho, destacando a mujeres mayores que experimentan un resurgimiento emocional y personal al involucrarse con hombres más jóvenes.
En Una aventura en Marruecos, dirigida por Susannah Grant, Dern interpreta a Katherine, una novelista reclusa que viaja a Marruecos para escapar de su bloqueo creativo. Es allí donde conoce a Owen, interpretado por Hemsworth, el acompañante de una novia que no parece entenderlo del todo. El romance surge entre los dos personajes, desafiando las convenciones sociales y ofreciendo una historia de amor poco convencional pero efectiva.
Las comedias románticas con diferencia de edad son un intento por desafiar las expectativas tradicionales de Hollywood sobre las mujeres mayores y su capacidad de protagonizar historias de amor. Aunque muchas de estas películas pueden parecer simples escapismos, también representan un pequeño avance en la forma en que las mujeres mayores son retratadas en la pantalla. En lugar de ser relegadas a roles secundarios o invisibilizadas, actrices como Dern y Kidman están siendo reconocidas como protagonistas de este tipo de relatos.
Para algunos resulta alentador ver cómo Hollywood comienza a desafiar las narrativas tradicionales que históricamente emparejaban a hombres mayores con mujeres jóvenes. Un claro ejemplo de esto es Alguien tiene que ceder, donde Jack Nicholson, de 66 años, tiene un romance con Amanda Peet, de 31. Ahora, películas como Una aventura en Marruecos nos muestran que las mujeres más allá de sus cincuenta aún pueden ser el centro de historias románticas.
No obstante, es fundamental reconocer que la representación de las diferencias de edad en el cine puede tener implicaciones problemáticas. Estas historias a menudo perpetúan la idea de que el valor de las mujeres sigue ligado a su capacidad de atraer a hombres más jóvenes, reforzando estereotipos que asocian juventud y belleza con la relevancia femenina en pantalla. Al mostrar a estas mujeres como deseables sólo cuando pueden captar la atención de un hombre joven, se sigue priorizando un estándar de belleza superficial que ignora la diversidad de la experiencia femenina y su complejidad.
Además, la insistencia en narrativas centradas en romances con hombres más jóvenes puede desviar la atención de otras historias igualmente importantes. Las películas podrían explorar con mayor profundidad los desafíos y alegrías del envejecimiento, la evolución de la identidad femenina, o las relaciones entre mujeres de diferentes generaciones. Al centrarse exclusivamente en el atractivo de estas relaciones intergeneracionales, se corre el riesgo de limitar la representación de la mujer madura a su capacidad de ser deseada, en lugar de presentar una visión más completa de lo que significa ser una mujer en sus cincuenta o más allá.