“No me hice actor por eso”: por esta razón filmar “El Hobbit” fue una tortura para el actor de Gandalf, Ian McKellen
Jessica Campos
-Redactora
Algunas de mis películas favoritas son 'Birdman', 'Begginers' y 'L'âge atomique'. El cine de terror me da miedo, me gustan los comics, y mis géneros favoritos son la fantasía, la animación y la ciencia ficción. Estudié Comunicación en la UNAM y algún día terminaré la carrera de Historia en la FFyL.

Aunque nos regaló uno de los personajes más asombrosos del cine de fantasía, no todo fue miel sobre hojuelas para Ian McKellen en su colaboración con Peter Jackson.

Ian McKellen es famoso por su interpretación de Gandalf en las trilogías de El Señor de los Anillos y El Hobbit, pero vivió una experiencia emocionalmente difícil durante el rodaje de esta última película, ya que a pesar del éxito rotundo de la trilogía original -basada en la obra de J.R.R. Tolkien-, la producción de El Hobbit enfrentó varios desafíos, uno de los cuales afectó profundamente a McKellen.

La dirección de El Hobbit fue asumida por Peter Jackson en el último minuto, luego de que Guillermo del Toro, quien originalmente iba a dirigir la película, abandonara el proyecto. Jackson, quien había soñado por años con llevar a la pantalla grande la trilogía de El Señor de los Anillos, puso en duda su capacidad para repetir ese éxito, admitiendo que probablemente puso menos alma en esta nueva serie de películas. Estas dificultades se extendieron al set de filmación, lo que afectó el ánimo del equipo, incluido Ian McKellen.

McKellen confesó que no estaba contento con la forma en que se rodó la película, ya que a diferencia de su experiencia en El Señor de los Anillos, donde los escenarios eran más reales y tangibles, en El Hobbit se utilizó ampliamente la tecnología de pantalla verde y efectos por computadora. Este cambio afectó profundamente al actor, al punto de hacerlo llorar en el set. En una entrevista con Time Out, McKellen expresó su frustración al decir: "tal vez sea solo mi impresión, pero no recuerdo ninguna pantalla verde en El Señor de los Anillos. Si Gandalf estaba en la cima de una montaña, entonces yo estaba allí, en la montaña”.

Uno de los momentos más complicados para McKellen fue filmar una escena con los enanos, donde, debido a las técnicas de filmación, no podía interactuar directamente con sus compañeros de reparto. En su lugar, debía actuar frente a trece fotografías de los personajes en stands, y cada vez que uno de ellos hablaba, una luz parpadeaba para indicarlo. Esto distaba mucho de las razones por las que McKellen decidió convertirse en actor. “Esa no es la razón por la que me hice actor”, dijo, visiblemente afectado por la falta de conexión humana en el set.

Peter Jackson confirmó las dificultades que McKellen enfrentó al adaptarse a estas limitaciones técnicas, reconociendo que el actor sufrió por la falta de interacción directa con sus colegas. A pesar de estos obstáculos, Ian McKellen se comprometió por completo con su papel de Gandalf, entregando una actuación memorable que nuevamente conquistó a los fanáticos de la obra de Tolkien.

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