La respuesta a esta pregunta es mucho más compleja de lo que aparenta ser.
Después de un sinfín de comentarios negativos y un rechazo generalizado incluso antes de estrenarse la película, finalmente Joker: Folie à Deux ha llegado a los cines de nuestro país. La esperada secuela de la galardonada cinta de 2019 hace su arribo en medio del ojo del huracán, pues con críticas hacia el trabajo de Lady Gaga, hacia lo innecesaria que era esta segunda entrega y hacia el aspecto musical, Guasón 2 pinta para ser uno de los mayores fracasos del año.
En cuanto a este último punto se refiere, muchas personas se han llegado a cuestionar si Joker 2 en verdad es un musical en toda la extensión de la palabra, o si únicamente hay canciones presentes a lo largo de la película sin que los personajes lleguen a cantal y/o bailar como tal. En lo que es una buena o mala noticia (dependiendo de cómo lo tomes), la realidad es que Folie à Deux sí es un musical per se.
Sin embargo, la respuesta a la incógnita no termina solo ahí, pues en realidad es bastante curiosa y atrevida la decisión creativa que Todd Phillips tomó con este filme. Si bien a lo largo de las 2 horas y 18 minutos de duración podemos ver al Joker de Joaquin Phoenix y a la Harley Quinn de Lady Gaga cantando y bailando en repetidas ocasiones, en sí nada de esto sucede dentro de la diégesis de la historia, pues son momentos que únicamente acontecen dentro de las cabezas de los trastornados enamorados.
Asimismo, es a través de la música que el personaje de Arthur Fleck presenta una catarsis interna y logra liberar todas sus emociones reprimidas, permitiendo así que la personalidad del Joker se exprese por su propia cuenta, sin depender de Arthur. A su vez, es por medio de cada una de las canciones que el Joker y Harley forjan e idealizan su amor, mientras en la vida real todo a su alrededor se derrumba.
Como el crítico de cine británico, Richard Dyer, llegó a mencionar en alguna ocasión: “El musical es una forma de escapismo, donde los personajes pueden expresar sus sentimientos más profundos a través de la música, creando una intensa experiencia emocional para el público". En el caso de Joker: Folie à Deux, esta frase no podría estar más acertada.