Antes de interpretar al despiadado padre en la serie de Netflix, el actor español ya había encarnado a hombres oscuros y perturbadores, pero ninguno tan siniestro como su personaje con el que ganó un Oscar.
Javier Bardem ha disfrutado de una carrera notable tanto en el cine español como en Hollywood, demostrando su increíble versatilidad y talento. En su filmografía destacan trabajos como Antes que anochezca de Julian Schnabel, donde interpretó al escritor cubano Reinaldo Arenas, lo que le valió su primera nominación al Oscar. Más tarde, brilló en Mar adentro de Alejandro Amenábar, donde encarnó a Ramón Sampedro, un hombre tetrapléjico que lucha por su derecho a morir dignamente.
A lo largo de su carrera, Bardem ha interpretado algunos villanos complejos como en Collateral y Skyfall. Su capacidad para proyectar una presencia intimidante es notable, apoyada por su profunda voz y su mirada penetrante, cualidades que lo convierten en el actor perfecto para dar vida a personajes amenazantes. En ambos papeles, su serenidad en pantalla enmascara una ferocidad latente, lo que crea una sensación constante de peligro.
Recientemente, Bardem ha vuelto a encarnar a un villano en la nueva serie de Netflix, Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story. En esta ocasión, interpreta a José Menéndez, el padre de los hermanos Lyle y Erik, quien, junto con su esposa, fue asesinado por sus hijos en 1989. Durante el juicio, los hermanos afirmaron que cometieron el crimen como respuesta a los años de abuso físico y sexual a los que José los sometió. Este nuevo papel le permite a Bardem explorar de nuevo el terreno oscuro de la psique humana, mostrando a un personaje profundamente perturbador.
Antes de los Menéndez: El oscuro legado de Javier Bardem como Anton Chigurh
Quizás su interpretación más aterradora y oscura se encuentra en Sin lugar para los débiles, dirigida por los hermanos Ethan Coen y Joel Coen. En este filme, Bardem dio vida a Anton Chigurh, un asesino despiadado que se mueve por un código propio, completamente ajeno a cualquier norma o moral humana. Esta actuación le valió el Oscar a Mejor Actor de Reparto, y es considerada una de las más icónicas de su carrera.
Incluso con un corte de pelo peculiar y su hábito de beber leche, Anton Chigurh es uno de los villanos más escalofriantes de la historia del cine. La tranquilidad en su comportamiento contrasta con la violencia que desata sin previo aviso, creando una tensión constante para el espectador. Mientras que los demás personajes no perciben de inmediato la amenaza que representa, el público puede sentir cómo su furia asesina está siempre a punto de estallar.
Chigurh encarna la violencia más caótica y aleatoria. No sigue reglas morales ni justificaciones humanas, lo que lo convierte en una fuerza imparable de destrucción. Este caos que representa está perfectamente alineado con el título del filme, sugiriendo que en el mundo de No Country for Old Men, el orden y la moralidad tradicionales han dejado de tener significado, como lo subraya el poderoso monólogo final del personaje de Tommy Lee Jones. Y Bardem captura perfectamente este sentimiento de desesperanza y desorden a través de un personaje que simboliza un mundo donde los viejos valores han sido reemplazados por una violencia inexplicable y sin sentido.