'Monstruos': ¿Qué pasó con la mansión de los hermanos Menendez? Esto no lo cuenta Netflix
He sido amante del cine desde que tengo memoria, por lo que decidí convertir esa pasión en mi profesión. Mi película favorita, de toda la vida, es 'Amores Perros'. Fan de los 49ers de nacimiento. El rock y el metal alegran mis días.

Para muchos, este lugar podría ser una atracción turística; para otros, un lugar que se debe evitar visitar a toda costa.

La triste y oscura historia de los hermanos Lyle y Erik Menendez se encuentra en boca de todos gracias al estreno de Monstruos, la atrapante serie de Netflix que, a través de nueve episodios, nos sumerge en las entrañas de esta caótica familia, en donde los abusos, las opresiones, la violencia y la muerte fueron los componentes de su día a día.

Si bien Monstruos hace un gran trabajo a la hora de adentrarnos a este desgarrador relato en el que las víctimas se terminaron convirtiendo en victimarios, y nos permite conocer más sobre la psicología de los hermanos asesinos, la serie omite diversos puntos claves de la historia real, como siempre suele suceder en producciones basadas en hechos reales.

Uno de esos aspectos que la serie no nos muestra, radica en saber qué fue lo que sucedió con la mansión de los Menendez después de la tragedia protagonizada por Lyle y Erik. José Menéndez compró la mansión ubicada en el 722 North Elm Drive, en Beverly Hills, por 4 millones de dólares en 1988, un año antes de los asesinatos; fue en la sala de la casa donde los hermanos usaron escopetas para quitarles la vida a sus padres.

Construida en 1927, la villa de estilo mediterráneo tiene una superficie de 850 metros cuadrados. Según se informa, fue remodelada en los años 70s y 80s y consta de siete habitaciones y nueve baños. Asimismo, cuenta con un gran vestíbulo de dos pisos con una escalera espectacular, pisos de piedra caliza italiana y techos altos. En el terreno también hay una piscina, un spa, una chimenea al aire libre, una parrilla de gran tamaño, una cancha de tenis privada y una casa de huéspedes independiente.

Según Realtor.com, la mansión de los Menendez estuvo a la venta durante algunos años después de los asesinatos. En los documentos judiciales obtenidos por Los Angeles Times, en 1994, los abogados de la finca dijeron que “el público comprador de viviendas y los agentes y corredores inmobiliarios creían ampliamente que esta casa tenía un mal karma y que era uno que había que evitar”.

La casa se vendió por más de 3,6 millones de dólares en 1991. Los abogados dijeron que el dinero que quedó después de cubrir los costos de la hipoteca y el cierre fue directamente al Servicio de Impuestos Internos. En 1993, el escritor William Link supuestamente adquirió la casa en 1993, por una cantidad no revelada.

Después, el ejecutivo de telecomunicaciones, Sam Delug, la compró por 3,7 millones de dólares en 2001. Finalmente, en marzo de 2024, Delug vendió la casa en 17 millones de dólares, luego de haberla puesto a la venta por casi 20 millones de dólares, de manera inicial. De acuerdo con datos recientes, los registros muestran que los propietarios actuales son los Lahijanis, una adinerada familia iraní.

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