A pesar de ser una cinta que fue nominada a dos premios Oscar, eso no impidió que se viera envuelta en una enorme controversia.
Hablar de George Clooney es hablar de uno de los actores más condecorados de los últimos tiempos. Teniendo cuatro Globos de Oro, dos Oscars y un BAFTA en su haber, el actor de 63 años cuenta con una carrera envidiable en la industria cinematográfica. Recordado por películas como Syriana, Ocean's Eleven, La delgada línea roja o incluso Batman & Robin, Clooney tal vez sea uno de los actores más populares de toda la historia.
Su nombre ha sido sinónimo de dinero desde hace varias décadas... tanto para bien, como para mal. Y es que, si bien tener a George Clooney en el elenco de alguna cinta prácticamente garantiza éxito en taquilla, en el caso del que hablaremos hoy sucedió todo lo contrario, pues una de las películas que protagonizó recibió una demanda millonaria que puso en serios aprietos a Warner Bros. Pictures.
La tormenta perfecta, estrenada en el año 2000 bajo la dirección de Wolfgang Petersen, es la adaptación fílmica del libro homónimo de Sebastian Junger. La trama narra la historia de Billy Tyne y su tripulación, quienes buscan superar una mala racha, desafiando condiciones climáticas adversas. El capitán persuade a su equipo para adentrarse en el Atlántico, sin prever las consecuencias de la inminente tormenta.
Aunque la película parecía tener éxito después de su estreno, el equipo de producción no anticipó que las hijas y la esposa del verdadero capitán Tyne (interpretado por Clooney) presentarían una demanda contra Warner, pues alegaban que la trama se alejaba demasiado de la realidad. Jodi Tyne, esposa de Billy, arremetió en contra de los guionistas por la forma en que su marido había sido retratado en el largometraje con fines meramente dramáticos.
La denuncia llegó al Tribunal de Florida, donde la ley ampara a las personas afectadas por la distorsión de una historia con fines comerciales. Jodi y sus hijas buscaron una compensación económica, pero no fueron las únicas; otros familiares anónimos también demandaron a los productores por usar sus nombres sin permiso y por cambiar los hechos. La tormenta perfecta se terminó convirtiendo en "la tormenta imperfecta".
Warner, por su parte, se aferró a la Primera Enmienda de la Constitución de Estados Unidos que protege la libertad de expresión. Su defensa sostenía que, aunque la película protagonizada por George Clooney estaba basada oficialmente en la vida del capitán Tyne, incluía elementos de ficción, lo que la protegía bajo la Constitución. El litigio se prolongó durante 14 años y finalmente, el 7 de junio de 2014, la Corte Suprema de Florida emitió su fallo con seis votos a favor y uno en contra, en favor de Warner.