¿Quién mejor que el creador de ‘Dragon Ball’ para dar indicaciones sobre lo que podría mejorar en la historia? Sin su ayuda, quizás nunca hubiéramos visto este momento de la saga.
Han pasado algunos meses desde que Akira Toriyama murió, pero su legado aún continúa y lo hará por mucho tiempo más. Desde los inicios con Dragon Ball hasta las últimas películas en llegar a cines, los fans apoyan la historia y los personajes sin dudarlo, pero también hay algunas producciones que los han decepcionado un poco. Una de las últimas entregas fue Dragon Ball: The Path to Power, cuyo estreno después de 17 años llevó a todos los espectadores a la clásica emoción que despierta este universo desde hace 30 años.
Algunos considerarían que la intervención de Toriyama es esencial en muchos casos, y así lo fue en Dragon Ball Z: La batalla de los dioses, pues ayudó a terminar Dragon Ball Z, pero también fue una pieza clave para el desarrollo de Dragon Ball Super; sin embargo, el guionista original tenía planes distintos para su ubicación en la línea temporal que todos conocen.
Fue Yusuke Watanabe quien se eligió como el responsable para escribir esta historia en papel y él tenía la intención de que la historia ocurriera en un evento de la saga en el que sucede la boda de C-18 y Krillin. Esto se desarrollaría en pleno final de Cell y la llegada de Majin Buu, pero ¿cómo sería posible alargar un poco más dicho periodo? Quizás para muchos no tendría sentido que Goku se enfrentara a Boo, aún sabiendo de la existencia de Beerus y su capacidad de alcanzar la fase Super Saiyan God.
Así que fue entonces cuando Toriyama intervino en la escritura del guion y colocó la boda en el cumpleaños de Bulma, el cual es atemporal y facilitaba el jugar con el acomodo de los acontecimientos en la línea temporal del universo. Tal vez la intervención de Watanabe era ambiciosa, pero era necesario un pequeño apoyo del gran maestro detrás de Dragon Ball Z para que todo hiciera clic ante los ojos de los fans.
Al sólo tener 60 minutos para desarrollar la historia, Yusuke Watanabe decidió integrar una subtrama en la que las bolas del dragón fueron robadas por un grupo de ladrones, quienes se convirtieron en nuevos personajes dentro de la franquicia. Toriyama tomó la decisión de transformarlos en la banda de Pilaf y dio al fandom un resultado que se volvió histórico.