¿Te imaginas a Rhaenyra montando a Syrax y Vermithor al mismo tiempo? Ahora que el final de temporada de ‘House of the Dragon’ está a unos días de su estreno, vamos a contarte por qué la reina legítima decidió no tener un segundo dragón.
El final de la temporada 2 de House of the Dragon llegará este domingo en punto de las 7 p.m. con todo y las recientes filtraciones que sufrió el último episodio. Ahora que la Danza de Dragones tiene listos a los ejércitos que se enfrentarán en una violenta batalla, Rhaenyra (Emma D'Arcy) tiene cierta ventaja al contar con más dragones en su bando; esto mismo despertó la duda: ¿Por qué si pudo domar al temible Vermithor decidió buscarle otro jinete o no quedarselo?
Si nos apegamos al libro “Fuego y Sangre” de George R.R. Martin de donde se inspira la adaptación de Max, Rhaenyra únicamente monta a Syrax y jamás intenta tener un segundo dragón a su mando; esto se explica con la antigua tradición de la casa Targaryen al asignarle un huevo de dragón a cada bebé y así crecer a la par, creando un vínculo único e irrompible.
Es así como el jinete queda unido al dragón de por vida, creando una conexión incluso sentimental, algo que vimos con Rhaenys (Eve Best) y Meleys en su lucha contra Vhagar; lo mismo pasa con Caraxes y Daemon (Matt Smith), quienes tienen una simbiosis única que los convierte en la mejor dupla combatiendo en los cielos de todo Westeros.
El vínculo entre jinete y dragón lo vimos desde Game of Thrones
Esto seguramente te hará preguntarte: ¿entonces qué pasa con Daenerys Targaryen (Emilia Clarke) quien tenía tres dragones? Bueno, en teoría sí domaba a todos ellos, por algo era conocida como la Madre de Dragones en Westeros, pero en realidad siempre la vimos montando sobre Drogon, quien fue su verdadero vínculo, mientras Viserion y Rhaegal sí le eran fieles y acataban sus órdenes, pero nunca fue su jinete.
¡Esto demuestra que en el universo de fantasía de Game of Thrones y House of the Dragon, es el dragón el que elige a su jinete y no al revés! Aunque no debemos olvidar que hay un salto enorme entre los libros y las adaptaciones, por lo que no sería nada de otro mundo darse cuenta que existen algunas variaciones y ciertas reglas podrían cambiar.