Según relatos de familiares de José Alfredo Jiménez, fue en este restaurante, mientras trabajaba como mesero, que el cantautor fue descubierto.
Todo México está lleno de historias de las grandes estrellas que alguna vez vivieron en este mundo. Desde las frases icónicas de María Félix, las giras de Pedro Infante o la casa de Mario Moreno 'Cantinflas' donde supuestamente vivían sirenas, internet está repleto de historias interesantes sobre las grandes figuras de la Época de Oro del cine mexicano.
Una de las personalidades que no se podría omitir es José Alfredo Jiménez. El legado del actor y cantante guanajuatense continúa vivo a la fecha con canciones de su autoría que han sido interpretadas por Rocío Durcal, Celia Cruz y el inigualable Vicente Fernández. Sin embargo, antes de convertirse en la leyenda de la música ranchera mexicana, José Alfredo Jiménez trabajó como mesero en un restaurante de la Ciudad de México.
Ubicado en la colonia Santa María La Ribera, en la Alcaldía Cuauhtémoc, La Sirena es el nombre del lugar donde el originario de Guanajuato atendió mesas. Comenzando a la edad de 16 años, según uno de sus familiares, el productor de música Andrés Huesca se dio cuenta del talento de José Alfredo Jiménez. Luego de pedirle que cantara para él, Huesca lo puso en contacto para grabar sus primeras melodías. Sería a partir de ese momento que el mundo conocería la gran capacidad de Jiménez.
EL LEGADO DE JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ
Fue en 1950, dos años después de iniciar en la música, que José Alfredo Jiménez comenzó a ganar notoriedad entre el público. Su canción "Yo", grababa por Andrés Huesca, se convirtió en su primer título exitoso, el cual se sumaría a una larga lista de canciones exitosas.
Pronto, José Alfredo Jiménez se ganaría el título como uno de los compositores de canciones rancheras más sobresalientes de todo México, con los mejores intérpretes disputándose sus creaciones para ser cantadas por ellos. Jorge Negrete, Pedro Infante, Miguel Aceves Mejía, Lola Beltrán, Javier Solís y María Dolores Pradera, son sólo algunas de las estrellas que lograron interpretar una de las melodías hechas por Jiménez.
Entre las melodías más destacadas de José Alfredo Jiménez se encuentran "El rey", "No me amenaces", "Amanecí en tus brazos", "Paloma querida", "Caminos de Guanajuato", "Caballo blanco", "Un mundo raro" y muchas más. Con el paso de los años, Jiménez ganaría reconocimiento internacional, convirtiéndose en un ícono de la cultura mexicana cuya herencia se mantiene vigente a la fecha. José Alfredo Jiménez, también conocido como "El rey" o "El hijo del pueblo", murió a los 47 años en 1973, a causa de una cirrosis hepática que padecía desde años atrás.