'Deadpool & Wolverine' pudo nunca haber sucedido, si no hubiera sido por todos los sacrificios que Ryan Reynolds tuvo que hacer hace una década con tal de sacar adelante la primera película del Mercenario Bocazas.
La cuenta regresiva para finalmente poder ver Deadpool & Wolverine en la gran pantalla está a tan sólo un par de días de llegar a su conclusión, aspecto que tiene más que emocionados a los fans del Universo Cinematográfico de Marvel. Todas las predicciones apuntan a que esta cinta se convertirá en el estreno más taquillero del 2024, destronando a Intensamente 2. Al final, ambas producciones son de Disney, por lo que “todo quedaría en familia”.
En la actualidad es todo un sueño hecho realidad poder ver a Hugh Jackman con su icónico traje amarillo de Wolverine, a los X-Men incorporándose de lleno al MCU y a Deadpool viéndose envuelto en problemas con la TVA, gracias a sus irresponsables viajes en el tiempo. Sin embargo, para llegar a donde estamos hoy primero tuvieron que pasar un sinfín de cosas, en las que Ryan Reynolds estuvo involucrado desde el día uno.
Hace una década, cuando 20th Century Fox aún era un estudio independiente y todavía no era comprado por Disney, el control total de los X-Men en el cine estaba bajo su mando. Fox sabía que la saga de los mutantes era una auténtica mina de oro, y que Wolverine era el personaje más rentable del equipo, por lo que no querían correr ningún riesgo y mantenerse dentro de su zona de confort, asegurando éxitos de taquilla. Sin embargo, Ryan Reynolds, quien ya había interpretado a una horrenda versión de Deadpool en X-Men Orígenes: Wolverine, quería redimir a su personaje.
El actor canadiense luchó mucho para poder realizar la primera película individual de Deadpool, ya que Fox no le tenía nada de fe al proyecto y nunca visualizaron que una cinta de superhéroes con clasificación C podría triunfar en taquilla. De hecho, siempre se ha rumorado que fue el propio Ryan Reynolds quien filtró en línea el metraje de prueba de Deadpool, que eventualmente dio pie a la realización del filme, gracias a la buena respuesta del público.
“Cuando finalmente se dio luz verde a Deadpool, nadie en mi interior pensaba que sería un éxito. Incluso dejé de cobrar por hacer la película solo para volver a ponerla en pantalla: no permitieron que mis coguionistas, Rhett Reese y Paul Wernick, estuvieran en el set, así que tomé el poco salario que me quedaba y les pagué para que estuvieran en el set conmigo para que pudiéramos formar una sala de escritores de facto”, confesó Reynolds en entrevista con The New York Times.
“Fue una lección en varios sentidos. Creo que uno de los grandes enemigos de la creatividad es el exceso de tiempo y dinero, y esa película [Deadpool] no tenía ni tiempo ni dinero. Realmente fomentó el enfoque en los personajes por encima del espectáculo, algo que es un poco más difícil de ejecutar en una película basada en cómics."
"Estaba tan inmerso en cada microdetalle, que hacía mucho, mucho tiempo que no me sentía así. Recuerdo que quería sentir eso más, no solo en Deadpool, sino en cualquier cosa”, fueron las declaraciones de Ryan Reynolds, asegurando que haber llevado la historia de Wade Wilson a la pantalla grande fue algo que cambió por completo su enfoque sobre la manera en que se hace cine.