Más allá de ser la imagen del mismísimo Creador en las comedias 'Todopoderoso' y 'El Regreso del Todopoderoso', Morgan Freeman es un experto en el género del suspenso. Este thriller psicológico de los noventa (ahora en Netflix) es prueba de ello.
Más allá de ser la voz de documentales como La historia de Dios de Disney+ o ser la imagen del mismísimo Creador en las comedias Todopoderoso y El Regreso del Todopoderoso, Morgan Freeman es un experto en el género del suspenso. Ya sea como investigador o un director ejecutivo visionario, Freeman siempre tiene lo que se necesita para protagonizar un buen thriller.
Sobre todo, Freeman destacó en la gran ola de películas de suspenso que nacieron en la década de los noventa. Para muchos, la época en la que llegaron obras como El silencio de los inocentes, El sexto sentido y El club de la pelea es prácticamente la edad dorada de los thrillers, con un auge sin igual en el género que ocurrió dentro de Hollywood.
En los noventa, el ícono del cine, Morgan Freeman, no sólo estuvo al frente de Se7en: los siete pecados capitales, junto a Brad Pitt , sino que también fue protagonista de otro thriller. Aunque obtuvo menor atención respecto a la cinta dirigida por David Fincher, esta cinta de suspenso psicológico de 1997 está teniendo un resurgimiento en Netflix.
Tras 27 años de haberse estrenado en cines, Besos que matan ha resucitado en el gigante del streaming como una de las películas en la lista de lo más visto. Basada en la obra homónima de James Patterson, el personaje más popular y querido de Patterson, el Dr. Cross, es interpretado por Morgan Freeman. Junto a él aparece Ashley Judd, en uno de sus mejores papeles.
La película sigue al Dr. Cross, un psicólogo forense que inicia una investigación sobre el aparente secuestro de su sobrina, quien desapareció del campus de su universidad, en un caso similar a otros secuestros que han ocurrido. Cross está seguro de que las jóvenes víctimas de los recientes secuestros están vivas, ya que quien lleva a cabo el crimen es una especie de "coleccionista".
Como Cross no tiene certeza si su sobrina se encuentra entre las posibles víctimas del "coleccionista", él recibe ayuda de una doctora que estaba en cautiverio y logró escapar. Ella asegura que varias mujeres jóvenes están con vida, incluida la que Cross busca. El investigador decide entonces perseguir al secuestrador, que utiliza el seudónimo de Casanova.
Clasificada como no apta para menores de 18 años debido a sus escenas de violencia, la película ofrece la historia clásica de un asesino en serie, protagonizada de forma única por un veterano de Hollywood. Aunque recibió críticas mixtas, fue un éxito de taquilla, recaudando más de 60 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 27 millones de dólares.