El personaje interpretado por Emma D’Arcy, Rhaenyra Targaryen, tiene sorprendentes paralelismos con la vida de una notable figura histórica del siglo XII.
George R.R. Martin, el aclamado autor de las obras literarias que inspiraron Game of Thrones y House of the Dragon, ha creado un vasto mundo de fantasía lleno de intriga política, batallas épicas y personajes complejos. Una de las razones por las que sus obras resuenan tan profundamente con los lectores es su capacidad para tejer influencias y referencias históricas en sus narrativas.
Martin se inspira en eventos reales como la Guerra de las Rosas, una serie de conflictos dinásticos que sacudieron Inglaterra en el siglo XV, y en figuras históricas cuyas vidas estuvieron marcadas por el poder, la traición y la ambición. Estas influencias históricas otorgan una capa de verosimilitud y profundidad a su mundo ficticio, haciendo que los sucesos en Westeros y Essos sean aún más creíbles y fascinantes.
Además de la Guerra de las Rosas, Martin también toma elementos de la historia medieval europea, incorporando aspectos como la caballería, los torneos y las complejas relaciones de vasallaje. La constante lucha por el Trono de Hierro en Game of Thrones refleja las luchas de poder que caracterizaron gran parte de la historia medieval.
En House of the Dragon, se exploran aún más estas dinámicas a través de la Danza de los Dragones, una guerra civil dentro de la casa Targaryen que evoca conflictos históricos similares donde la legitimidad y la sucesión al trono eran cuestiones de vida o muerte. Un personaje particularmente interesante es Rhaenyra Targaryen (Emma D’Arcy), cuya historia encuentra un fuerte paralelo en la vida de la emperatriz Matilde (1102–1167).
Rhaenyra Targaryen y la Emperatriz Matilde: Paradojas de poder en la historia y la ficción
La historiadora Katherine Newman, experta en historia medieval que trabaja en el Castillo y Prisión de Oxford, explicó que Matilde se refugió en este lugar durante una guerra civil conocida como la Anarquía, e incluso participó en una audaz escapada de la fortaleza medieval. “Tanto Matilde como Rhaenyra demostraron ser líderes ingeniosas y brillantes”, comentó. “La historia de George R.R. Martin se sabe ampliamente que está inspirada en la vida de Matilde, pero no se reconoce tanto que el Castillo de Oxford fue su hogar”.
El sitio todavía conserva características de la residencia de Matilde en el siglo XII, incluyendo una ventana en la Torre de San Jorge desde la cual escapó infamemente utilizando sábanas anudadas y con la ayuda de caballeros leales para evadir a las fuerzas enemigas que casi la capturan.
Entre otras similitudes se encuentra el hecho de que tanto Matilde como Rhaenyra fueron nombradas herederas por sus padres reales en sociedades que desaprobaban a las gobernantes femeninas. La profesora de literatura medieval Elizabeth M. Tyler explica que la emperatriz Matilde, hija de Enrique I de Inglaterra, se convirtió en heredera de su padre tras la muerte de su hermano legítimo en el desastre del Barco Blanco de 1120. A pesar de que Enrique I exigió juramentos de fidelidad de sus súbditos en apoyo de Matilde, Inglaterra no estaba preparada para aceptar a una monarca femenina gobernando sola.
Tras la muerte de Enrique I, Inglaterra se sumió en una guerra civil, una larga y sangrienta batalla por el trono entre Matilde y su primo usurpador, Esteban de Blois, cuyo único reclamo al poder era tener algo de sangre real y, aprovechando los prejuicios de la época, repitió constantemente que por ser hombre merecía el trono, emprendiendo una campaña contra Matilde.