A pesar de que la canción de Celine Dion se convirtió en un éxito mundial y un símbolo icónico del filme, James Cameron tenía dudas y cuestionamientos sobre su uso.
La década de 1990 marcó una era dorada para el cine independiente, caracterizada por el surgimiento de numerosos cineastas que redefinieron el panorama cinematográfico con su creatividad y audacia. Entre los nombres más destacados de este renacimiento se encuentran Quentin Tarantino (Pulp Fiction), Richard Linklater (Antes de amanecer) y Paul Thomas Anderson (Magnolia), quienes se convirtieron en voces influyentes y respetadas.
A pesar de esto, los grandes éxitos de taquilla no desaparecieron, y el más destacado de todos fue, sin duda, Titanic. Dirigida por James Cameron y disponible en Disney+, la película de 1997 se creó con un presupuesto colosal de 200 millones de dólares, una cifra astronómica para la época. Cameron no escatimó en recursos, utilizando escenarios extensos y detallados, así como un amplio elenco de extras, para recrear con precisión la trágica noche en que el barco "insumergible" chocó contra un iceberg.
La trama sigue a Rose DeWitt Bukater (Kate Winslet), una joven de 17 años de clase alta que está infelizmente comprometida con un hombre de negocios. Rose casi intenta suicidarse saltando del barco, pero es persuadida a quedarse por Jack Dawson (Leonardo DiCaprio), un joven de clase baja que ganó su pasaje en un juego de póker poco antes de que el barco zarpara. A pesar de sus diferentes orígenes, ambos se enamoran rápidamente, y su amor se convierte en un refugio cuando la tragedia golpea.
El impacto de “My Heart Will Go On” en Titanic: La canción que James Cameron casi rechazó
Aunque el romance entre Rose y Jack es ficticio, hay muchos personajes inspirados en personas reales, como la pareja de ancianos que elige morir abrazada en la cama. Estas escenas, sabiendo que están basadas en hechos reales ocurridos a bordo del Titanic, son difíciles de ver sin emocionarse. La música, especialmente “My Heart Will Go On” de Celine Dion, escrita por James Horner, quien compuso el resto de la banda sonora, también contribuye a la emotividad del filme.
Incluso si no eres fan de Celine Dion, es difícil negar que la canción incrementa la carga emocional de la película. Dion canta desde la perspectiva de Rose, ofreciendo un himno tierno de esperanza que sugiere que, a pesar de la muerte de Jack, él nunca será olvidado. “Love can touch us one time And last for a lifetime And never let go 'til we're gone” (“El amor puede tocarnos una vez y durar toda la vida, y nunca dejar ir hasta que nos hayamos ido”), dice la canción.
Al final de la película, cuando la pareja se reúne en la gran escalera, las suaves flautas hacen la escena aún más conmovedora. La canción se convirtió en un éxito masivo, siendo el sencillo más vendido de 1998. Sin embargo, el también director de Terminator y Mentiras arriesgadas no quería incluir una canción pop en su película, temiendo que arruinara el final.
James Cameron dijo a los productores, según Billboard: “¿Pondrías una canción al final de La lista de Schindler?”, siendo reacio a incluir una canción pop en su drama trágico. Según Tommy Mottola, entonces jefe de Sony Music Entertainment, “Cameron estaba bajo presión del estudio para intentar tener algo que fuera una herramienta de marketing adicional”. Mottola, esposo de la actriz y cantante mexicana, Thalía, agregó que, dado el costo de la película, buscaban todas las oportunidades de marketing posibles.
No obstante, Jon Landau, productor ejecutivo de Titanic, sostuvo que la decisión no tenía que ver con el marketing. “Jim estaba abierto a la idea de escucharla. Pero era escéptico de que una canción pop funcionara al final de este drama histórico tan trágico”, dijo. James Horner sabía que no se deseaba una canción pop, pero la escribió con la esperanza de que Cameron cambiara de opinión.
Simon Franglen, quien co-produjo la canción, reveló: “James Horner llevaba un casete durante semanas, esperando el momento adecuado para tocarlo para Cameron. Quería que estuviera de buen humor”. Afortunadamente, Cameron accedió a usarla en una proyección de prueba de la película y, al ver la reacción emocional del público, decidió mantenerla.