Una cinta que no le gustó ni a la crítica especializada ni a los espectadores casuales terminó quedando rápidamente en el olvido colectivo.
Jurassic Park no sólo es un clásico absoluto del cine de ciencia ficción, sino que también es una de las producciones más reconocidas en toda la historia del séptimo arte. La obra de Steven Spielberg marcó un parteaguas con sus impresionantes efectos visuales, dando pie al nacimiento de una saga que se sigue manteniendo vigente hasta nuestros días.
Sin embargo, en la década de los 90s también existió otra película que intentó replicar una fórmula similar a la de Parque Jurásico, pero que por desgracia el público no mostró ningún interés en ella. La cinta fue dirigida por Frank Marshall, siendo su tercer largometraje después de haber trabajado en Aracnofobia y ¡Viven!.
Congo nos cuenta la historia del primatólogo Elliott (Dylan Walsh), quien lleva a la gorila Amy de regreso a su jungla natal, acompañada por la Dra. Karen Ross (Laura Linney), ex miembro de la CIA que pretende encontrar a su ex prometido desaparecido (Ernie Hudson) y un filántropo (Tim Curry). Para su mala suerte, la expedición se convierte en una auténtica pesadilla una vez que los gorilas locales los ven como una amenaza latente.
Frank Marshall no era un novato en este tipo de películas, pues años antes se había desempeñado como productor en Indiana Jones y los cazadores del arca perdida, lo que le dio cierta experiencia en el género de acción. Para hacer realidad su nuevo proyecto, en 1970 contrató como guionista a Michael Crichton, autor de la novela Jurassic Park y Congo, quien finalmente abandonó el film.
Marshall, quien quedó fascinado por lo que vio en Jurassic Park, tenía el enorme deseo de poder emplear esa misma tecnología digital en su película, sin embargo, ésta aún no tenía los suficientes avances para poder diseñar pelo de forma realista. Debido a ello se terminaron empleando disfraces, aspecto que complicó mucho la filmación, ya que se tuvieron que hacer muchos juegos con la iluminación para que los trajes no resultaran notorios para el público.
Congo se estrenó en cines en 1995, y a pesar de que logró hacer una taquilla de 152 millones de dólares contra un presupuesto de 50 mdd, el filme fue completamente destrozado tanto por la crítica como por el público, siendo olvidado con rapidez por la audiencia. Al final, los espectadores terminaron mostrando su preferencia hacia los dinosaurios por encima de los gorilas.