El director de la intrépida y emocionante franquicia de ‘Mad Max’ comparte sus reflexiones sobre la esperanza en tiempos apocalípticos y cómo su obra refleja nuestra capacidad para superar la adversidad.
Con una trayectoria que abarca más de cuatro décadas, George Miller se ha consolidado como un arquitecto de mitos contemporáneos en la industria cinematográfica. Desde explorar el misticismo en Las brujas de Eastwick hasta adentrarse en las epopeyas animadas de Babe y Happy Feet, cada una de sus obras está impregnada de esa esencia mítica que cautiva al público.
No obstante, es la saga Mad Max la que ha sellado su legado. Con la quinta entrega, Furiosa, disponible en las salas de Cinépolis y Cinemex, Miller reafirma su posición como un maestro narrador. Esta precuela sigue el viaje de Furiosa (Anya Taylor-Joy) a lo largo de varios años en un mundo postapocalíptico, enfrentándose al siniestro Dementus (Chris Hemsworth) en una lucha por la supervivencia y la venganza.
El dilema de la esperanza en el universo postapocalíptico de George Miller
Furiosa no se limita al género de acción; se eleva como un estudio profundo de personajes, un thriller implacable y un mito moderno en sí mismo. En una emotiva y profunda entrevista para Slash Film, Miller comparte su profunda conexión con la artesanía del cine y la tradición del mito, revelando su inquebrantable singularidad creativa y su relevancia atemporal en la industria del entretenimiento.
En uno de los momentos más reflexivos, Miller examina el choque ideológico entre los personajes de Furiosa y Dementus, explorando la cuestión fundamental de si la esperanza puede subsistir en un mundo devastado. Miller sugiere que su anterior película, Furia en el camino, no sólo captura la esencia cultural de 2015, sino que también ofrece una visión relevante para el año 2024, subrayando así la atemporalidad de sus temas.
Respecto a la incógnita sobre si la esperanza perdura en la adversidad, el cineasta reconoce la paradoja inherente de la desesperación y la esperanza, argumentando que esta última emerge como un motor de resistencia incluso en los momentos más oscuros: “¿Tenemos esperanza? Sí, definitivamente. Es contradictorio. Hay desesperación y esperanza, y ambas van de la mano. La esperanza surge de la desesperación y mantiene a las personas avanzando”.
Además, Miller destaca la resiliencia inherente a la condición humana, señalando que a lo largo de la historia, la humanidad ha enfrentado y superado desafíos apocalípticos como guerras y crisis económicas. Asimismo, enfatiza que, si bien la esperanza puede ser frustrada, su presencia es un recordatorio de la capacidad del ser humano para perseverar frente a la adversidad.
Miller sugiere que la esperanza no es solo una aspiración, sino una fuerza vital que impulsa a las personas a seguir adelante, independientemente de las circunstancias. En este sentido, el también director de Érase una vez un genio ofrece una perspectiva optimista sobre el futuro, sugiriendo que si bien existen amenazas y desafíos significativos, la esperanza perdura como una fuerza motivadora que impulsa el progreso y la resiliencia humanos.
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