Considerada hoy en día como un clásico absoluto, se trata de una de las mejores cintas del estudio.
Disney siempre ha sido sinónimo de clásicos entrañables, ofreciéndonos historias llenas de lecciones y enseñanzas, que además, cuentan con personajes emblemáticos e historias que se quedan guardadas en nuestros corazones. El estudio del ratón siempre ha sabido como conmovernos y sacarnos lágrimas, a través de sus grandiosas producciones.
Películas como Blancanieves y los siete enanos, Bambi, La Sirenita, Peter Pan, La Bella Durmiente y Dumbo, tan sólo por mencionar algunos ejemplos, son claras pruebas de que Disney sabe cómo crear películas icónicas, que han marcado un antes y un después en la historia del cine, en general, y no sólo en el cine de animación.
Actualmente Disney no se encuentra atravesando un buen momento, siendo víctima de malas críticas y fracasos en taquilla con sus más recientes producciones. Tal vez, la respuesta a todos sus problemas está en volver a la animación clásica en 2D, y ofrecernos historias únicas, sin estar tan preocupados por la agenda política que deben cumplir. Una muestra de ello, es La Bella y la Bestia, estrenada en 1991, y que después de 30 años, se sigue manteniendo vigente entre el público.
Bajo la dirección de Kirk Wise y Gary Trousdale, el filme está basado en la versión revisada y abreviada que Jeanne-Marie Leprince de Beaumont escribió a partir de la historia original, mucho más larga, de Gabrielle-Suzanne Barbot de Villeneuve. Es la primera película animada nominada al Óscar a la Mejor Película, puesto que en esa época aún no existía la categoría de Óscar a la Mejor Película Animada.
En el largometraje, conoceremos a una hermosa joven, llamada Bella, quien acepta alojarse en un castillo con una bestia a cambio de la libertad de su padre. El animal, quien es en realidad un príncipe encantado, tendrá que ganarse el amor de una dama para así poder librarse de su hechizo.
La magistral música original que acompaña a la trama, compuesta por Alan Menken y Howard Ashman, sumado al nivel de exigencia y tecnicismo sin precedentes, en la historia del estudio, hacen de esta película toda una experiencia mágica, que sigue sin pasar de moda, haciendo de Bella una de las princesas más queridas y populares, en toda la historia.
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