Para su mala suerte, en dos ocasiones, el proyecto de ser un villano de 'Batman' se le escapó de las manos a Robin Williams y no pudo ser parte del crimen de Ciudad Gótica.

Hablar de Robin Williams es recordar una época sin igual del cine. El actor fue un genio en más de un sentido: desde hacer reír en Aladdin hasta causar toda clase de emociones en La sociedad de los poetas muertos y Patch Adams. En las décadas de los ochenta y noventa, el rostro de Williams estaba en todos lados y en todos los géneros, conquistando a chicos y grandes por igual. Y ahora que muchas de sus películas viven eternamente en las plataformas de streaming, es inevitable no sentir nostalgia por su talento.
Lo curioso es que, a pesar de su enorme versatilidad y carisma, Williams nunca fue parte de una franquicia de superhéroes, sin embargo, esto no quiere decir que no lo hayan intentado. De hecho, estuvo a punto de convertirse en uno de los villanos más icónicos del universo de DC en dos ocasiones. Para su mala suerte, en ambas oportunidades, el proyecto se le escapó de las manos y no pudo ser parte del crimen de Ciudad Gótica.
Robin Williams, con su capacidad para mezclar ternura, locura, humor y oscuridad, era el candidato perfecto para interpretar a un némesis del Caballero de la Noche. Su talento camaleónico era justo lo que requerían estos personajes llenos de matices y complejidades. Pero, por razones que aún generan debates, los estudios no se atrevieron a darle un papel como villano de Batman.