Los fanáticos del cine han imaginado una versión de Blanca Nieves con un elenco de ensueño: Kirsten Dunst como la princesa, Nicole Kidman como la Reina Malvada y Harry Styles como el Príncipe.

El estreno de la nueva versión de Blanca Nieves, protagonizada por Rachel Zegler y Gal Gadot, ha inspirado a los fanáticos del cine a imaginar cómo sería el clásico cuento de hadas en manos de distintos directores. Uno de los nombres que más ha resonado en este ejercicio creativo es el de Sofia Coppola, conocida por su estilo visual etéreo, el uso de paletas de colores suaves y su enfoque en personajes femeninos atrapados entre la melancolía y la introspección.
Si Coppola dirigiera Blanca Nieves, el filme probablemente se alejaría de la fantasía grandilocuente para abrazar una estética más intimista y contemplativa, con tomas llenas de luz natural y encuadres que enfatizan el aislamiento de su protagonista. La relación entre Blanca Nieves y la Reina Malvada podría adquirir una dimensión más psicológica, explorando la angustia existencial y la soledad de ambas mujeres en un mundo que las define por su apariencia.