Impulsado por una generación de cineastas independientes, el ‘New Queer Cinema’ emergió en la década de 1990 como un movimiento cinematográfico que desafió normas sociales y sexuales a través de narrativas audaces y provocadoras.
Durante el Festival de Cine de Sundance de 1992, el académico y crítico B. Ruby Rich organizó una mesa redonda para profundizar en un capítulo importante de la historia del cine independiente. En el evento, titulado “Barbed-Wire Kisses”, participaron cineastas y artistas como Gregg Araki, Todd Haynes, Derek Jarman, Isaac Julien, Tom Kalin, Jennie Livingston, Marlon Riggs, Sadie Benning y Lisa Kennedy.
Con el telón de fondo de la presidencia de George H.W. Bush y la devastación causada por la epidemia del SIDA, el panel se centró en un grupo de películas que Rich denominó “New Queer Cinema”, una colección de obras contemporáneas realizadas por y para audiencias LGBTQ+ que se destacaron por su estética radical y su audacia para hablar de temas de clase, raza y género.
El panel fue un catalizador para una nueva ola de cine queer que se caracterizaba por su ira y falta de remordimientos, reflejando la urgencia de la comunidad por representar sus vidas y preocupaciones de manera auténtica. Este cine desafió las normas tradicionales y fue un acto de protesta y rebelión contra la heteronormatividad. Aquí recuperamos algunos de los títulos que se convirtieron en pilares del movimiento.
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