La versión live action de Pinocho, dirigida por el ganador del Oscar Robert Zemeckis (Volver al futuro, Forrest Gump) y protagonizada por Tom Hanks, ya está disponible en el catálogo de Disney Plus. A propósito del estreno de la adaptación del clásico de Disney en la plataforma de streaming, te compartimos algunas de las cosas más tóxicas que hicieron las princesas de la franquicia.
Pinocho sigue la historia con la que muchas infancias han crecido: Gepeto (Tom Hanks) es un carpintero que desea convertirse en padre y solo lo logra con el deseo que le concede un hada madrina (Cynthia Erivo), quien convierte a la marioneta de Gepeto en el famoso niño de verdad (Benjamin Evan Ainsworth).
Perder su voz por un hombre
La historia de La sirenita ha sido cuestionada de algunos años para acá. Ahora resulta bastante problemático el hecho de que Ariel diera su voz por unas piernas para poder estar con el príncipe Eric.
Enamorarse en un día
Es muy común que en las películas de princesas de Disney, la protagonista se enamore del primer príncipe que se le cruza, además de que sucede en un par de días o, incluso, horas. La princesa Anna, de Frozen, no fue la excepción.
Pedir un vestido
La historia de la princesa clásica de Disney es muy bien conocida. Cenicienta pudo haber pedido lo que fuera al hada madrina, como salir de la horrible situación en la que se encontraba al vivir con su madrastra y hermanastras, pero prefirió un vestido para ir al baile.
Entrar a una casa ajena
Blancanieves huyó y entró en la primera casa que encontró en su camino. Tal vez la adrenalina del momento la orilló a tomar esa decisión, pero después de un rato ya andaba muy cómoda y hasta se acostó a dormir.
Enamorarse en un sueño
Siguiendo la regla de las princesas de Disney, la princesa Aurora se enamoró super rápido del príncipe Felipe porque lo vio en un sueño.
Caer en las mentiras del príncipe
Jasmín cayó una y otra vez en las mentiras de Aladdin. También decidió perdonarlo y, bueno, así pasa.
Recibir comida de una desconocida
Definitivamente, Blancanieves no tomaba las mejores decisiones. Si ya había entrado en la casa de una persona desconocida, ¿por qué no aceptar comida de otra? Total.
Enamorarse de su secuestrador
El síndrome de Estocolmo está presente en una de las películas más conocidas de la franquicia. Por supuesto que es algo bastante complejo, pero Disney optó por romantizarlo.
Limpiar la casa de un extraño
Otra vez tú, Blancanieves. Seguro los siete enanitos estuvieron eternamente agradecidos por haberles limpiado la casa, pero ¿por?