Este jueves 8 de septiembre, para celebrar el Disney Plus Day, llega a la plataforma el más reciente filme de Robert Zemeckis (director de Las brujas y El expreso polar), Pinocho. Esta nueva versión de acción real, protagonizada por Tom Hanks como Geppetto, se une a la larga lista de adaptaciones de la obra literaria de Carlo Collodi, incluyendo la fantástica versión de Matteo Garrone o la esperada visión de Guillermo del Toro.
De todas estas propuestas, probablemente la que ha permanecido durante más tiempo en el imaginario colectivo es el clásico animado de Walt Disney, y prueba de ello son las siguientes reinterpretaciones que ilustradores, pintores, grafiteros y artistas contemporáneos han elaborado del filme de 1940 desde una perspectiva irónica, crítica, oscura y macabra.
Pinocho con cerveza
El artista callejero francés conocido como Dran utiliza su arte para comentar sobre temas relacionados con la sociedad contemporánea. Con un oscuro sentido del humor, Dran reinterpreta el pasaje del filme animado en el que Pinocho, mal influenciado por Lampwick, fuma cigarrillos y se emborracha.
Pinocho al estilo Tim Burton
Retomando las cualidades físicas de los personajes de Tim Burton, específicamente los ojos representados mediante enormes círculos trazados con gruesas líneas que enfatizan las pupilas dilatadas, el artista Andrew Tarusov imagina cómo se vería el personaje creado por Carlo Collodi en el universo del autor de El cadáver de la novia.
Pinocho en un mundo de dolor realista
Fascinada por las historias que definen las culturas, la artista de origen portugués, Paula Rego, reinventa los cuentos de hadas y los mitos, el folclore y las leyendas, dotándolos de dolor, ya sea aquel que proviene de la infancia o aquel que surge en las profundidades de la pesadilla. Aquí reinterpreta dos momentos: la creación del niño por Geppetto y el encuentro con una hada.
Pinocho y la mentira
El artista urbano de origen peruano instalado en Chicago, Sergio Farfán, encuentra inspiración en artistas como Salvador Dalí y Andy Warhol, pero también en la cultura popular (desde Los Simpson hasta Tom y Jerry) para crear un discurso colorido, pero al mismo tiempo crítico, retomando uno de los conceptos explorados en Pinocho: la mentira.
Pinocho tridimensional
Una de las obsesiones de Brian Donnelly, el ex ilustrador de Disney mejor conocido como KAWS, es trasladar los distintos personajes animados del cine y la televisión (que hemos conocido en superficies planas) a conjuntos escultóricos tridimensionales, incluyendo a Piolín, Snoopy y por supuesto Pinocho.
Pinocho y el peligro de la nariz
Interesado en interpretar las ilustraciones de los libros infantiles o los fotogramas de filmes animados, el ilustrador Berk Öztürk recurre a varias técnicas, incluyendo el collage, para trabajar sobre una imagen previa y distorsionarla para crear una atmósfera distinta a la original. En este caso evidencia la enorme nariz de Pinocho como un elemento peligroso, que resulta macabro porque la acción violenta es acompañada de una sonrisa.
Pinocho y su viaje a la luna
En sus ilustraciones y pinturas, el artista latino radicado en California, Simón Silva, imprime sus propias versiones de cuentos de hadas, pero también trabaja con el imaginario que a lo largo del siglo XX nos ha transmitido el cine a través de la pantalla, incluyendo Viaje a la luna (de Georges Melies) y el King Kong de la década de 1930.
Pinocho hambriento y demoniaco
El ilustrador Simon Hartvig representa lo que bien podría ser resultado de un ritual de magia negra. El niño de madera cobra vida, pero es una bestia hambrienta, salvaje y demoniaca. Su enorme mandíbula y la apertura de su boca permiten ver una lengua orgánica dispuesta a degustar al grillo.
Pinocho y la sexualización
El artista francés Daru se caracteriza por crear parodias que buscan el entretenimiento pero también criticar alguna dinámica de la sociedad contemporánea. En este caso, utiliza la referencia a Playboy para sexualizar a Pinocho y a otro referente de Disney, Campanita (que aparece en Peter Pan).
La muerte de Pinocho
‘Pinocho en sus propias entrañas’ es una instalación de pequeño formato, elaborada por la artista francesa Annette Messager, que utiliza tela roja colgada del techo para referir a los órganos internos y tripas del personaje, pero que, irónicamente, mantiene su cuerpo de madera intacto.