Una de las compañías más sonadas en temas inmobiliarios es WeWork, fundada por Adam Neumann y Miguel McKelvey en 2010, la cual se dedica a rentar espacios de trabajo compartidos también conocidos como coworking. Sin embargo, entre una ola de desfalcos y acusaciones de sus empleados por acoso y condiciones que atentaban contra su salud, la empresa entró en una espiral de demandas y pérdidas multimillonarias.
Esto se retrata en WeCrashed, serie protagonizada por Anne Hathaway y Jared Leto que puedes encontrar en Apple TV y que está basada en hechos reales. Pero antes de que le des una oportunidad, valdría la pena repasar cronológicamente el verdadero escándalo de WeWork para que puedas entender a la perfección el trasfondo de este nuevo drama.
Todo comenzó como un startup
Fue en 2010 cuando Adam Neumann y Miguel McKelvey fundaron WeWork. La idea comenzó a ganar popularidad en la industria inmobiliaria, pero tuvieron que esperar algunos años para que la demanda aumentara.
La primera sede de WeWork se abrió en la Ciudad de Nueva York y desde ese entonces se mantiene el mismo modelo de negocio: rentar oficinas y amplios espacios para múltiples compañías. Algunas rentas eran anuales, otras mensuales, y así comenzaron a construir su reputación.
Grandes inversionistas
El 2014 fue un año clave para el matrimonio conformado por Adam y Rebekah Neumann, directivos de WeWork. La compañía estaba valorada en 4,600 millones de dólares, motivo por el que JP Morgan Chase & Co o T. Rowe Price Associates, decidieron sumarse al negocio. En ese momento, los excesos de la pareja Neumann comenzaron, su fortuna crecía como espuma y se daban excéntricos lujos.
Todo lo que sube tiene que bajar
Los números seguían aumentando, pero en 2018 Adam y Rebekah Neumann enfrentaban múltiples reclamos de sus empleados, quienes aseguraban que eran obligados a cambiar su alimentación por una dieta vegana con el fin de cuidar el medioambiente.
Esto se volvió un reglamento sin opción a discusión: toda aquella persona que buscara trabajar para WeWork, debía cambiar su estilo de vida. Y sin importar las quejas o alegatos, los directivos seguían viviendo con comodidades de millonarios.
El dinero y los problemas aumentaban
Aunque las quejas no paraban, la marca no dejaba de crecer. En 2019, SoftBank invierte otros 2 mil millones de dólares, llevando los números por los cielos. Adam y Rebekah Neumann estaban al frente de una empresa con valor de 10 mil millones de dólares.
Cambio de directivos
En ese mismo año, los problemas internos habían alcanzado una escala tan grande que era imposible seguir ignorándolos. Fue así como WeWork anunció que cambiarían a los directivos de la empresa.
Adam Neumann dejó su puesto como director general y múltiples inversionistas se retiraron. La compañía perdió impulso financiero e incluso Adam comenzó a vender bienes personales como su famoso jet de 60 millones de dólares.
Oficinas que podían causar cáncer a los empleados
La gota que derramó el vaso, fue la presencia de formaldehído en la cabinas telefónicas de las oficinas. Este químico es capaz de causar cáncer y los informes comenzaron a hundir rápidamente la reputación de la empresa. Fue así como Adam Neumann tuvo que renunciar a su propia compañía y Marcelo Claure, ejecutivo de SoftBank, se convirtió en el nuevo presidente corporativo.
Demanda colectiva
Para 2020, WeWork enfrentaba una demanda colectiva por múltiples accionistas, quienes afirmaban que la compañía tomó caminos distintos a los que habían acordado, en especial al no darle la importancia necesaria a las pérdidas económicas a través de los años. Esto llevó a Miguel McKelvey, cofundador, retirarse de la mesa directiva.
El año de la salvación
El panorama cambió radicalmente en 2021 cuando Sandeep Mathrani, reconocido ejecutivo de bienes raíces minoristas, tomó el cargo como Director de WeWork, quien logró reducir las pérdidas y mantuvo a flote la compañía. Esto significó despedirse de 106 sucursales, pero llegó a múltiples acuerdos que frenaron la caída libre.