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    Los mensajes equivocados de 'Yo soy Betty, la fea' que quizás no habías notado
    Mim Silva
    Mim Silva
    -Redactora
    Comunicóloga especializada en Periodismo egresada de la UVM y Maestra en Arte Cinematográfico por parte del Centro de Cultura Casa Lammn.

    'Yo soy Betty, la fea' no sale del top de Netflix, sin embargo tiene varios mensajes que en pleno 2022 nos hacen mucho ruido y no podemos creer lo normalizados que los teníamos

    Películas y series entran y salen de lo más visto de Netflix pero Yo soy Betty, la fea se mantiene invicta, con el público preguntándose en redes sociales cómo es que nunca sale de este top 10. Y,  te guste o no, hay que admitir que a ratos es muy graciosa y más de uno suspira desde que la relación de Don Armando (Jorge Enrique Abello) y Betty (Ana María Orozco) salió a la luz en 1999. 

    Al ser todavía una teleserie noventera muchos de sus discursos o momentos parecen bastante peligrosos de replicar en pleno 2022, como por ejemplo, cuando Armando jala del pelo a Patricia Fernandez; por menos de eso en la actualidad el personaje y hasta el actor terminarían ¡canceladooos!, porque afortunadamente con el paso del tiempo hemos aprendido a diferenciar los mensajes y comportamientos machistas de algunas producciones. 

    Si bien no podemos juzgar a esta novela del todo, porque de cierta manera rompió varios moldes en la narrativa de las producciones televisivas, debemos señalar algunas cosas que se han vuelto inaceptables y te las nombramos a continuación. 

     

    Ambiente laboral lleno de bullying

    Una broma en el trabajo está bien y podría ser pasabel, pero lo que ocurría en Ecomoda es impensable, era una guerra de insultos todos contra todos. De Hugo contra Betty, Patricia contra el Cuartel de las feas. Armando gritándole a todo el mundo... Deben pagar muy bien como para aguantar tanta grosería.

    Romantizar al "enamorado"

    Después de todo lo que Armando le hizo a Betty en definitiva concordamos con que debió casarse con el francés que conoce en Cartagena. Sin embargo es bonito vender la idea de que un hombre neurótico y desgraciado cambiará para convertirse en lo que la protagonista merece.

    Juzgar a las mujeres por como se visten

    Aura María y Patricia Fernandez puede que no sean las mejores amigas, pero comparten un estigma: el que las juzguen por su cuerpo, su manera de vestir y la manera en la que disfrutan su sexualidad. Si bien no son del todo unas santas, sí es señalable que siempre las están "sabroseando" y cosificando.

    Bros before whores

    Mario y Armando son cómplices y tapaderas de sus artimañas en contra de las mujeres. Se apoyan para engañarlas, para seducirlas y luego botarlas. No es que esto no pase en la vida real, pero al final hacen ver a Armando como el santo que fue influenciado por una mala persona.

    Enamorarte de alguien que te muestra mínima decencia

    La razón por la cual Betty se enamora de Armando de manera tan profunda es porque él le demuestra mínima decencia al darle un lugar que nadie le había ofrecido por ser fea. El que la defendiera y le dijera que la necesitaba hizo que no pudiera resistirse, pero, chica, esto no vale para nada si el tipo es un nefasto.

    El enemigo de una mujer es otra mujer

    Si bien hay mucha sororidad entre el Curatel de las feas, e inclusive de parte de Marcela en algún punto de la telenovela; la mayoría del tiempo el discurso se centra en decir que las mujeres se odian entre sí y se insultan si se sienten atacadas por otras. Eso no puede estar más lejos de la actualidad, porque ahoralas morras apoyan a otras morras. 

    La apariencia es lo que cuenta

    Queda claro desde el nombre de la serie el estereotipo de mujer fea: Alguien "sin estilo", con lentes, fleco y braquets. Eso automaticamente te convierte en alguien que no es digna de un puesto ejecutivo, ni de ser tomada en serio.

    Perdonar infidelidades

    Marcela Valencia tenía todo: Exitosa, accionista de una empresa, trabajadora, bonita; podría tener a cualquier hombre, pero ¡no! incluisve antes de que Betty aparezca le perdonaba todo a Armando, en especial sus múltiples inflidelidades, esperando que cambie cuando se casen.

    ¡No es no!

    Un momento que quedó muy a la ligera es la primera vez que Daniel Valencia y Patricia tienen relaciones, ella en definitiva no quería, pero termina por ceder. Esta escena se nota que fue escrita por uno hombre que considera que entre más insistas, aunque una mujer diga que no, al final es sí.

    Masculinidad tóxica

    Armando es la prueba viviente de una masculinidad tóxica: Grita, patalea, se emborracha, le pega a la pared, y cree que la solución son los golpes. Tiene estas actitudes contra todos, hasta con el diseñador Hugo Lombardi. Lo peor es la romantización de estos momentos, los cuales justifican que así se comporta un hombre

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