Aparte de ganarse un Óscar, es muy probable que uno de los mayores honores que la Academia de Ciencias y Arte Cinematográficas de Estados Unidos puede hacerle a alguien, es invitarlo a ser el anfitrión de su ceremonia anual de premiación. Hace tres días, cuando se anunció que Kevin Hart sería el anfritrión de la 91 entrega del Óscar, el comediante, estandopero y productor, publicó en sus redes que era el más feliz por haberlo logrado finalmente, despues de intentarlo durante tres años.
Pero ayer, Hart fue la nueva víctima del surgimiento 'misterioso' de tweets incómodos del pasado. Aunque los medios estadounidenses afirman que fueron fans los que los sacaron del baúl del olvido, uno no puede de dejar de pensar que esto es cada vez más sospechoso y que por alguna razón (¿racismo?), 'alguien' no quería que Hart condujera la ceremonia.
Los premios de la Academia han padecido en los útlimos años una disminución consecutiva de su rating. El año pasado, con todo y el mejor esfuerzo de Jimmy Kimmel, la transmisión registró la audiencia más baja de su historia. El reto de llenar el espacio que deja Hart es grande, y quizá la mejor opción es traer de regreso a alguien que ya haya probado que puede con el paquete y evitar a toda costa a los que fueron un bodrio... para eso esta lista...
James Franco y Anne Hathaway - 2011
Quien sabe a quién se le ocurrió pero la idea no sonaba bien desde el principio, pero alguién pensó que había que la juventud de este par iba a ayudar a apelar a una nueva audiencia. Hathaway hizo su parte lo mejor que pudo, pero resultó que Franco tiene menos simpatía que una aguamala.
Seth McFarlane - 2013
Su elección generó mucha expectativa porque se esperaba que la irreverencia del creador de Ted y Padre de familia le inyectara nueva energía a la ceremonia. Pero a MacFarlane primero se le pasó la mano con el video: We saw your boobs, y después se concretó a imitar el estilo de conducción de Billy Crystal.
Neil Patrick Harris - 2015
Los fans de How I Met Your Mother brincaban de alegría cuando se anunció la participación de Harris, pero su conducción fue muy débil de principio a fin y su 'imitación' de la escena Birdman se sintió como un intento desesperado para hacer algo fuera de lo común.
Chris Rock - 2016
Le tocó lidiar con la controversia de #OscarsSoWhite y en su monólogo de apertura logró alivianar la tensión con su chiste del 'elefante en la sala'; el problema es que lo repitió hasta el aburrimiento. La falta de creatividad de Rock quedó dolorosamente en evidencia.
Steve Martin y Alex Balwin - 2010
Cualquiera hubiera pensado que era una excelente idea. Si bien su acto de introducción fue bueno, su estilo de comedia es tan diferente, que nunca pudieron encontrarse el ritmo. Su dinámica, además, fue hacer una especie de show de Las Vegas que no cuadró con la ceremonia.
Jon Stewart - 2006 y 2008
El problema de Stewart es que siempre lleva la comedia al plano político, y eso está muy bien para su show, pero a la ceremonia del Óscar le ha dado un toque más denso del que ya tiene. Aunque sus chistes son buenos, siempre le está tirando a alguien y termina por ser aburrido.
Jimmy Kimmel - 2017
Quizá las expectativas eran muy altas y por eso su trabajo terminó siendo 'agradable' pero nada que vayamos a recordar para la posteridad. Para colmo, al pobre le tocó la confusión del sobre de Warren Beatty y Faye Dunaway...
Billy Crystal - 1990-93, 1997-98, 2000, 2004, 2012
Es el rey del Óscar y por eso se merece un lugar tan alto en la lista. También porque se le considera el hombre que reinventó la forma de conducir la ceremonia. Su estilo no era tan ácido y quizá por eso se sienta pasado de moda, pero Crystal ya se convirtió en un clásico.
Hugh Jackman - 2009
Es guapo, buena onda, simpático, actúa, canta y baila; es ni más ni menos que El gran showman, que logró inyectarle nueva vida a la ceremonia con cada uno de sus actos. Nadie sabe por qué no le han vuelto a hablar.
Ellen Degeneres - 2007 y 2014
Es simpática, creativa y de humor bastante inofensivo. Su frase: "De no ser por los negros, los judíos y los gays, no habría Óscar", del 2007, fue polémica pero la consagró. Su conducción del 2014 es imborrable. Rompió con la monotonía -y el hambre- repartiendo pizzas y esta selfie... inmejorable. Que ya le hablen.