Para los que vimos Tiburón cuando eramos niños, meterse a una alberca se convirtió en un acto de valentía, ya no digamos al mar. Desde el éxito del primer largometraje de Steven Spielberg, que incluso sirvió para crear el término Blockbuster, la posibilidad de ser devorado por un tiburón se convirtió en una de las mejores fuentes de terror.
El el máximo ejemplar de estos depredadores marinos llega el próximo viernes 10 de agosto a los cines con todo y sus más de 21 metros de largo para pelearse con Jason Statham en Megalodón. ¿Alguna de sus escenas logrará ser parte de esta lista?
Tiburón 4: La venganza (1987)
Algún descendiente del tiburón de la película de Spielberg ya es tan astuto que busca vengarse de la familia Brody, por eso decide atacar la 'Banana' en la que va Thea, la nieta del extino Jefe de la policía de Amity...
Finalmente, es a otra mujer a la que devora. La película es malísima y el resto de sus escenas son de risa, pero esta es bastante impactante.
Soul Surfer (2011)
El ataque más terrorífico es el inesperado y esta escena es espeluznante por su realismo. Curiosamente no es una película sobre tiburones asesinos, sino la historia real de Batheny Hamilton...
Al día siguiente de ganar un campeonato de Surf, un tiburón le arrancó el brazo de un mordisco. En realidad es una bonita historia motivacional.
007: Con licencia para matar (1989)
Por alguna razón los villanos a los que se enfrenta James Bond siempre tienen un tanque con tiburones y siempre terminan cayendo en él...
Pero en esta ocasión es el mismo James Bond quien precipita la caída avéntándole una maleta con dos millones de dólares que el villano les había ofrecido como soborno...
Lo mejor, con todo, es el impasible rostro del 007 en comparación a la cara de asco y horror de su asistente.
Alerta en lo profundo (1999)
Un grupo de investigadores queda atrapado en un laboratorio aislado y se convierten en la presa de un trio de tiburones que se los quieren merendar. Samuel L. Jackson monologuea sobre el trabajo en equipo , cuando de repente...
Un tiburón gigante sale sorpresivamente del agua para devorarlo ante la estupefacta mirada de sus colaboradores, y del público en las butacas.
Bait Tsunami (2012)
La película es un churro impresionante sobre un grupo que queda atrapado en un supermercado inundado tras un Tsunami. Tienen la genial idea de colgar al gerente de un ducto para intentar escapar, sin tomar en cuenta que el pobre hombre queda justo sobre el agua...
Un tiburón salta y se queda colgado con el hombre mientras lo parte a mordidas por la mitad. La película será mala, pero la agonía de la escena pone los pelos de punta.
Miedo profundo (1999)
La guapísima Blake Lively surfea tranquilamente muy cerca de la playa cuando un gran tiburón golpea su tabla...
Además de morderle una pierna la avienta contra un arrecife, pero ella logra nadar hasta el cadáver de una ballena que flota en el agua...
Pero el tiburón voltea al animal muerto volviéndola a lanzar al agua. Los 200 metros que Blake tienen que recorrer nadando a toda velocidad para alcanzar la playa, son los más largos y angustiantes de la pantalla grande.
Tiburón (1975)
El jefe Brody, Matt Hooper y Quint, el cazador de tiburones, salen a enfrentarse con el tiburón, pero pierden la batalla cuando el animal logra destruir el barco...
Brody no logra sostener a Quint quien se desliza sin remedio directo a las fauces del tiburón, que comienza a comérselo vivo mientras el agua se pinta de rojo. Horrible.
Mar abierto 2003
Susan y Daniel van a bucear en sus vacaciones y sin querer se alejan del barco. El resultado es que son dejados a la deriva en medio del mar...
La angustia y la deseperación crecen tanto durante la película que cuando un tiburón le arranca la pierna a Daniel casi nos sentimos aliviados de que la pareja finalmente termine con su sufrimiento.
Tiburón (1975)
Sin duda la escena más espeluznante es la primera que vimos protagonizada por un tiburón asesino. Y todo pasa por meterse borracha y desnuda a nadar de noche...
Nunca vemos al tiburón, la música, la forma en la sacude y sus gritos de dolor, son suficientes para que la carne se ponga de gallina. Pero lo más espeluznante es como, al final, sólo queda un silencio sepulcral.