El viaje de Chihiro, dirigida por Hayao Miyazaki, se inspira profundamente en el folclore japonés y las creencias tradicionales de la cultura nipona. La historia sigue a Chihiro, una niña que queda atrapada en el mundo de los espíritus y debe trabajar en una casa de baños donde convergen seres místicos. Su viaje no solo es una aventura fantástica, sino también una representación de temas como el crecimiento personal, la pérdida y la resiliencia. Elementos del sintoísmo y el budismo están presentes en la película, reflejando la conexión entre lo humano y lo espiritual.
Ahora, aprovechando que en el marco de Mundo Ghibli 2025, el icónico filme animado regresa a la gran pantalla en Cinemex para que nuevas generaciones descubran la obra maestra de Miyazaki, resulta pertinente revisar cómo el autor japonés utiliza figuras del folclore japonés para poblar este mundo mágico. La película no solo rinde homenaje a la mitología japonesa, sino que también ofrece una historia universal sobre el crecimiento, la identidad y la capacidad de adaptación ante lo desconocido.
La religión sintoísta

El mundo de El viaje de Chihiro está profundamente influenciado por el sintoísmo, una religión japonesa basada en el animismo y el politeísmo. En esta creencia, los kami son espíritus que habitan en la naturaleza y en los objetos cotidianos. La casa de baños de la película es un reflejo de esta cosmovisión, pues no solo es un lugar donde los kami acuden a purificarse, sino que también está diseñada con una estética inspirada en los santuarios sintoístas.
El título original y su referencia al folclore

En japonés, la película se titula Sen to Chihiro no Kamikakushi, lo que se traduce como "El secuestro espiritual de Sen y Chihiro". Kamikakushi hace referencia a la desaparición de alguien tras ser llevado por los kami, un concepto común en el folclore japonés. En la película, Chihiro experimenta esta idea de forma literal cuando es transportada al mundo espiritual después de que sus padres enfurezcan a los kami al comer su comida prohibida.
Los habitantes de la casa de baños son kami

Cuando Chihiro llega a la casa de baños, se encuentra con un desfile de seres místicos descendiendo de un barco. Estas criaturas son kami, deidades y espíritus de la tradición sintoísta. Uno de los más memorables es el espíritu del rábano, que, a pesar de su apariencia imponente, resulta ser amable y servicial. Chihiro también ayuda a dos espíritus de río, mostrando que, aunque los kami no son humanos, su interacción con ellos la ayuda a encontrar su lugar en este mundo desconocido.
Kamaji está basado en el tsuchigumo

Kamaji, el anciano que opera la caldera de la casa de baños, es un personaje que remite a los tsuchigumo, criaturas arácnidas del folclore japonés. Con seis brazos además de sus piernas, Kamaji se asemeja a estos yōkai, que en las leyendas a menudo estaban asociados con la naturaleza y la agricultura. Su papel en la casa de baños, donde administra las hierbas y minerales, refuerza esta conexión con el mito.
Yubaba está inspirada en el yōkai Yama-uba

La temible Yubaba, la bruja que gobierna la casa de baños, toma inspiración de Yama-uba, un yōkai del folclore japonés. Yama-uba es una anciana que habita en las montañas y que, en algunas versiones del mito, puede ser tanto benévola como peligrosa. Esta dualidad se refleja en Yubaba, quien, a pesar de ser una figura autoritaria y antagonista, muestra afecto por su hijo y no es enteramente malvada.
Las tres cabezas están basadas en los muñecos Daruma

En la oficina de Yubaba, tres cabezas verdes y barbudas conocidas como Kashira rebotan de un lado a otro. Estas extrañas figuras guardan un parecido con los muñecos Daruma, objetos tradicionales japoneses que simbolizan la perseverancia y el cumplimiento de metas. En la película, las cabezas podrían representar objetivos que Yubaba ha alcanzado o simplemente servir como un símbolo de su poder.
La forma de dragón de Haku

Haku, el protector de Chihiro, adopta la forma de un majestuoso dragón azul. En la mitología japonesa, los dragones suelen estar vinculados con el agua y los ríos, lo que resulta significativo en la historia, ya que Haku es, en realidad, el espíritu del río Kohaku. Su conexión con el agua es una pista temprana de su verdadera identidad y de su papel dentro del mundo espiritual.