Las adaptaciones cinematográficas de Stephen King han contado con la presencia de grandes estrellas a lo largo de los años, y El mono, la nueva película de Osgood Perkins, no es la excepción. En este aterrador relato, basado en la historia corta del maestro del terror, el destino de los personajes se ve marcado por una serie de muertes espeluznantes y absurdamente cómicas. Pero, además del inquietante juguete que atormenta a los gemelos Hal y Bill, interpretados por Theo James, el filme sorprende con la aparición fugaz de reconocidas celebridades que elevan la experiencia para los fanáticos del género.
La tradición de los cameos en el cine de King ha dado lugar a momentos inolvidables, con actores como Morgan Freeman, Kathy Bates y Jack Nicholson formando parte de sus adaptaciones más icónicas. En El mono, la presencia de tres figuras destacadas añade un nuevo nivel de emoción a la historia, convirtiendo cada breve intervención en un guiño especial para los espectadores atentos. Estos cameos no solo funcionan como un homenaje a la vasta influencia de King en el cine, sino que también aportan una dosis extra de sorpresa y espectáculo a una película que, de por sí, ya promete un viaje aterrador e impredecible.
Adam Scott: Un rostro familiar para abrir

Desde los primeros minutos de El mono, la película deja claro que la presencia de figuras reconocidas no será un simple adorno, sino un elemento clave para potenciar su atmósfera. Adam Scott, conocido por su papel en Severance, interpreta a un desesperado piloto de avión que, cubierto de sangre y con un bigote cuestionable, intenta deshacerse del siniestro juguete en una tienda de empeño. Su personaje está dispuesto a hacer lo que sea para evitar que la maldición llegue a su familia, solo para descubrir que no hay escapatoria.
Scott, cuya carrera también incluye papeles en Party Down, Step Brothers y Parks and Recreation, aprovecha su talento para la comedia y la tensión para convertir su breve aparición en un momento memorable. Su desesperación es palpable, y su fracaso en deshacerse del mono es tan oscuro como irónicamente divertido. Cuando finalmente decide recurrir a un lanzallamas en un intento extremo por destruir el juguete, el público ya sabe que su sacrificio será inútil.
Osgood Perkins: De director a víctima

No es raro que los directores de películas de terror se concedan a sí mismos cameos en sus propias obras, y El mono no es la excepción. Osgood Perkins, que recientemente también dirigió Longlegs, aparece como el desafortunado Tío Chip, un personaje que intenta hacerse cargo de los gemelos Hal y Bill tras la trágica muerte de su madre. Chip es un hombre bienintencionado, pero torpe, que nunca logra conectar del todo con los niños. Su breve participación en la historia establece el tono del filme, marcando el inicio de la maldición que acechará a los protagonistas durante el resto de sus vidas.
El destino de Chip es tan grotesco como inesperado: en una escena de humor negro macabro, el tío es aplastado por una estampida de caballos mientras acampa con los niños. Su cuerpo, reducido a una pulpa irreconocible, es literalmente vaciado de su saco de dormir en una de las muertes más absurdas de la película. Este trágico desenlace no solo refuerza la sensación de que nadie está a salvo, sino que también funciona como el punto de inflexión para los hermanos, quienes comprenden que están lidiando con una fuerza imposible de controlar.
Elijah Wood: El padrastro "perfecto"

Elijah Wood ha construido una carrera fascinante en el género del terror, con papeles en filmes como Maniac y en series como Yellowjackets. En El mono, sin embargo, su personaje se mantiene al margen de la acción más sangrienta. Wood interpreta a Ted, el padrastro de Petey, el hijo de Hal, quien aparece en una única escena para dejar claro que es el típico padrastro que cree saberlo todo. Con su actitud comprensiva pero condescendiente, Ted intenta convencer a Hal de que planea adoptar legalmente a Petey, argumentando que es lo mejor para el niño.
La ausencia de Ted en el resto de la película deja una sensación de oportunidad desaprovechada. Dado el destino grotesco que sufren otros personajes, su despedida del filme sin mayor repercusión resulta casi anticlimática. Si bien no se le desea nada malo, la película habría sido aún más satisfactoria si el mono hubiera decidido hacerle una visita. Después de todo, Wood es un experto en historias sobre objetos malditos, como bien lo demostró con el Anillo Único en El señor de los anillos.